El pasado 16 de junio el Congreso de los Estados Unidos reparó la injusticia histórica con una votación reconociendo, 113 años tras su muerte, que Antonio Meucci fue el verdadero inventor del teléfono, con su "teletrofono" mostrado en Nueva York en 1860, mientras que la patente de Bell, obtenida 16 años después, se considera como el resultado fraudulento de haber obtenido acceso a los materiales de Meucci.