Ciencia y salud

Por José Antonio Lozano Teruel

El tejido virtual

Sin movernos de nuestro supuesto cómodo asiento podemos pasar, en instantes, desde el examen detallado de la red del metro de Toronto al conocimiento, con posible e inmediata reserva de plazas, de los horarios y tarifas del Eurotren del Canal de la Mancha. O desde el más reciente mapa de un satélite meteorológico, relativo a cualquier punto del mundo, a deleitarnos por anticipado con las recetas mexicanas de cocina más populares.

Alternativamente podríamos comparar secuencias de ADN, asombrarnos con los detalles de los cuadros de nuestros pintores favoritos, oír y ver los últimos vídeo-clips, leer las noticias del día o de números atrasados del ABC, La Vanguardia o el Periódico. O reservar un hotel rural en Normandía, acceder a la inmensa Biblioteca del Congreso de EE.UU, consultar la Enciclopedia Británica o descubrir visualmente las delicias turísticas de un lejano país. Y estos son únicamente unos pocos ejemplos de lo que conseguiremos con el tecleo de unas pocas letras en nuestro ordenador personal conectado a Internet, la principal infopista, autopista o red de redes de la información. Pronto, el fácil acceso a Internet tendrá un alto significado en los hábitos culturales y de ocio. Pero tanto o más en los de aprendizaje, en los mercados de trabajo y en todos los órdenes de la vida, constituyendo, en palabras del actual embajador español en Canadá "un nuevo capital, que es factor de una nueva filosofía económica, política y social de la convivencia".

ORIGEN. Alrededor del mundo ya hay varias decenas de millones de internautas, la mayoría en EE.UU, aumentando su número a la enorme velocidad del 10% mensual. En España existen unos 250.000 usuarios, por ahora mayoritariamente pertenecientes a Universidades o Instituciones. El origen del proceso se puede llevar hasta 1945, cuando Vannevar Bush, asesor científico del presidente Roosevelt, propuso una máquina conceptual MEMEX que guardase vastas cantidades de información para que los usuarios pudiesen crear raíles o vías de información, con enlaces entre textos e imágenes.

En los años sesenta, la agencia militar americana ARPA, encargada de los proyectos avanzados de Investigación, comenzó a diseñar, con el fin de disminuir riesgos, un plan descentralizador de datos y redes informáticas, transformándolos en pequeñas estaciones unidas entre si. Esencial fue la incorporación de la Ciencia, con la National Science Foundation Network, hacia 1989. Coincidiendo con el final de la guerra fría nacía Internet que, simplemente, es una red de redes informáticas asociadas, sin dueño, distribuida mediante millares de pequeños nódulos regionales en más de 50 países, comunicándose entre sí todos ellos mediante unos determinados estándares informativos. A este soporte físico, en España se puede llegar a través de diversas empresas, actualmente 11, proveedoras de acceso. A la red se ligan Universidades, centros de Investigación, instituciones oficiales, empresas, particulares, etcétera, que poseen bancos de datos, documentos, informaciones, y todo tipo de material informatizado al que se puede acceder a través de Internet.

SERVICIOS. Existen diversos servicios disponibles a través de Internet, como correo electrónico, transferencia de software y ficheros, más de 10.000 grupos de discusión especializados en los temas más variopintos, y otros muchos más que se sumarán en el futuro. Gopher es el nombre de un sistema, desarrollado en 1991, para intentar estructurar toda la inmensa y compleja información disponible en el mundo. Para ello Gopher puede clasificarla y jerarquizarla, como en una especie de archivos temáticos, fundamentalmente de textos. Pero, un poco antes, se inventaba otro sistema, el WWW (World-Wide Web) que ha posibilitado la gran explosión de usuarios y el gran desarrollo de Internet desde hace algo más de un año. El WWW se inició en Suiza, en el CERN o Centro Europeo de Física de Partículas, describiéndose como "una iniciativa de recuperación de información de carácter hipermedia, almacenada más allá de lo local, pretendiendo que logre proporcionar acceso universal a un gran universo de documentos".

Aunque su propósito era parecido al del Gopher lo supera ampliamente, ya que los documentos WWW están escritos en hipertexto, que es un texto que posibilita la vinculación inmediata a otros textos. Además, en los documentos se pueden utilizar, junto a los textos, todo tipo de imágenes, sonido, vídeo, etcétera. Para realizar las numerosas vinculaciones posibles, el usuario, simplemente, aprieta el cursor del ratón, sobre el objeto seleccionado, dentro del hipertexto, con lo que ese objeto, situado en cualquier localización de la red, se recupera informáticamente y se presenta al usuario. Otra ventaja adicional del Web o tejido virtual es que permite integrar al resto de los sistemas, como el Gopher y el Wais. Por ello no es de extrañar que en marzo de 1994 su uso superara ya al de los otros sistemas, existiendo actualmente en el mundo miles de servidores Web, es decir, localizaciones informáticas donde se encuentran disponibles millones de documentos en hipertexto, con posibilidad de conexión hipermedia, conteniendo acceso a bancos de datos, documentos, informaciones, sonidos, gráficos y vídeos.

POSIBILIDADES. Unos ejemplos aclararán, al no iniciado, el significado de hipertexto y de hipermedia. Suponga Ud. que está aprendiendo ruso en uno de estos programas y se encuentra leyendo una frase con posibilidad hipertexto. Si quiere escuchar su pronunciación correcta bastaría seleccionar la frase y pulsar el ratón. Otro supuesto es el de estar examinando la información disponible en hipertexto respecto a una empresa. En los diversos lugares de los planos de emplazamiento de los distintos servicios podría leer una descripción; visualizar imágenes del lugar o conocer los nombres, las fotografías y los curricula de los que allí trabajen e, incluso, si lo desea, escuchar sus voces. Una tercera posibilidad: si Ud. está mirando una escultura en un hipertexto de arte, podrá rotarla, aproximarla, alejarla, conocer la biografía de su autor, relacionarla con su época, conocer los estudios publicados al respecto, etcétera. Para todo ello basta con pulsar los lugares concretos y adecuados del hipertexto.

Fácilmente accesibles, con el software preciso, el gran problema de los centenares de bancos y de las decenas de millones de hipertextos Web disponibles es el de poder clasificarlos, ordenarlos y buscarlos fácilmente. Para ayudar a lograrlo se cuenta con varias herramientas auxiliares que compiten en su finalidad, pero también se complementan. Son las máquinas buscadoras. El Yahoo se ha desarrollado, a partir de 1993, por dos estudiantes de ingeniería química de Stanford, ordenando 60.000 lugares Web, distribuyéndolos temáticamente entre 10.000 categorías diferentes. El Lycos es otro auxiliar producido por la Carnegie Mellon University que lleva clasificados más de un millón de documentos, posee información parcial sobre otros cuatro millones y cada día asimila otros 20.000 nuevos. Sus usuarios realizan a la semana millones de búsquedas a través del suministro de las palabras claves que se consideren más convenientes. Nuevos y más potentes buscadores se anuncian de un modo casi inmediato.

Por tanto, citando nuevamente a José Luis Pardos, el ciezano embajador español en Canadá, "en último término lo que está produciendo esta gran autopista electrónica de la información es una verdadera democratización y universalización de las culturas, en las postrimerías del siglo XX, lo que podría ser la clave para el esperado renacimiento del siglo XXI". Por ello, no es de extrañar que su Embajada fuese la primera en el mundo en utilizar estos nuevos medios, colocando sus páginas informativas "Si, Spain" en el Web de Internet. Y de esta notable iniciativa nos ocuparemos próximamente.

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