Se calcula que actualmente las industrias americanas pagan el equivalente de entre 30 dólares y 100 dólares la tonelada de carbono, eliminado en forma de dióxido de carbono, mientras que el costo podría ser rebajado a unos dos dólares la tonelada mediante el tratamiento de las aguas oceánicas con hierro. Por ello, la empresa Greensea Venture está interesada en realizar una gran prueba al respecto, sobre 12.900 kilómetros cuadrados, con una inversión de 7 millones de dólares.