Salamandra
Para rehabilitar al lamarckista Kammerer, el comisario soviético de Instrucción Anatoli Lunacharski escribió el guión del filme Salamander (1928). Esta película finalizaba no con el suicidio del científico sino con su triunfo. Así, la noche antes de que Kammerer presentaba sus muestras a sus colegas, dos saboteadores (un príncipe y un cura) inyectaban tinta al sapo nupcial. Al día siguiente el cura le denunciaba en plena aula magna y Kammerer caía en desgracia y se disponía a suicidarse, pero en el último momento recibía un mensaje del propio comisario Lunacharski (que en la película se interpretaba a si mismo), salvándole del oprobio, ofreciéndole una plaza en una Universidad soviética.