La gran gripe
En 1918 una epidemia mundial de gripe provocó la muerte de más de 21 millones de personas en todo el mundo. Algunas de esas personas fueron soldados que fueron enterrados en el cementerio de la Brevig Mission, en Alasca, donde las temperaturas son tan extremas que, desde entonces sus cuerpos han permanecido allí congelados. De uno de estos cuerpos, los patólogos investigadores del Ejército americano han sido capaces de aislar el material genético del virus responsable de la epidemia, lo que ayudará a conocer las causas de su gran mortalidad y a la preparación futura de mejores vacunas.