El misterioso virus TT
Hace unos cuatro años que científicos japoneses descubrieron un nuevo virus en un paciente (iniciales T.T) que estaba hospitalizado por una enfermedad aguda que tenía las características de una hepatitis. Como el paciente carecía de los virus ya conocidos causantes de hepatitis virales su conclusión fue la de que habían descubierto una nueva clase de virus productor de hepatitis, el virus TT.
La hepatitis es una insidiosa enfermedad que afecta antes o después a una proporción elevada de los humanos. La palabra hepatitis se deriva de las palabras griegas hepar (hígado) e itis (inflamación) y sus primeras descripciones se remontan al siglo V a. C. El término hepatitis infecciosa comenzó a usarse entre finales del s.XIX y comienzos del s. XX. Hasta la Segunda Guerra Mundial no se habló de diferentes formas de hepatitis. Entre las no infecciosas, las más usuales son las causadas por el gran tóxico hepático que es el alcohol. En cuanto a las infecciosas, específicamente las virales, en los últimos años los científicos han identificado diversas de ellas. Un diagnóstico acertado es el punto de partida imprescindible para intentar cualquier tratamiento eficaz.
DESDE LA A. Actualmente están claramente caracterizados los virus de hepatitis A, B, C, D, E, F y G. Tres de ellas (A, E y F) se transmiten mejor por el agua y alimentos contaminados, mientras que los virus B, C, D y G primariamente lo hacen a través de sangre o fluidos corporales.
La hepatitis A, la más frecuente, anualmente afecta a más de millón y medio de personas, no suele derivar en cronicidad y su recuperación es bastante satisfactoria. Desde 1995 existen diversas vacunas efectivas. La hepatitis B se descubrió en personas sujetas a transfusiones sanguíneas o que habían compartido jeringuillas. Tras aislarse en 1967 la proteína viral que se bautizó como antígeno Australia (actualmente antígeno de superficie de la hepatitis B), se identificó y caracterizó al virus causante de esta hepatitis, que cursa de forma aguda o crónica. Según la Organización Mundial de la Salud la hepatitis B es la novena causa de muerte mundial. Existen vacunas eficaces, que comenzaron a desarrollarse ya hacia 1970. Los países desarrollados instauraron métodos analíticos para detectar el virus en la sangre de donantes pero, a pesar de ello, las incidencias de las hepatitis transfusionales permaneció alta, lo originó la aparición del término hepatitis noA noB, y a que, en 1988, se descubriese un nuevo virus infectivo, el C. Su diagnóstico analítico presenta ciertas dificultades técnicas importantes y su tratamiento es difícil. Sólo la mitad de los pacientes responden bien al interferón alfa, que es caro y presenta ciertas contraindicaciones. Por ahora, las prácticas más eficaces son las preventivas, siendo el grupo de más riesgo el de compartir jeringuillas. La hepatitis C es la principal causa justificante del trasplante hepático.
La mayor prevalencia la hepatitis D se da en los países mediterráneos . Suele coinfectar con la B, transmitiéndose ambas principalmente por contacto sexual o por contaminación sanguínea. La hepatitis E se identificó a principios de los 80, en Asia y la India, transmitida por agua y alimentos contaminados, afectando con más intensidad a las mujeres embarazadas, con mortalidades elevadas. Las vacuna contra la A parece evitar la infección por la E, al menos en animales de experimentación.
Posteriormente se descubrieron otras formas de hepatitis noA noB. La F recibió ese nombre al ser caracterizada en Francia. El virus F es estructuralmente parecido a los A y E, pero su material genético es ADN en lugar de ARN. En cuanto al virus G, identificado en 1996, produce consecuencias crónicas o agudas, siendo usual su coinfección con la hepatitis C. Su detección es difícil y existen datos de que entre el 1-2% de las personas han sufrido alguna infección indetectada por el virus G.
VIRUS TT. Actualmente, a pesar del profundo conocimiento existente sobre los diferentes virus productores de hepatitis, todos los años, en el mundo, se dan centenares de miles de casos de hepatitis post-transfusionales de etiología desconocida. Dados tales precedentes era lógico que, en 1997, ante un caso probable de hepatitis post-transfusional viral desconocida, detectada la presencia del virus TT, se pensara que este virus fuera el causante de la nueva forma de hepatitis.
El virus TTV rápidamente se convirtió en materia de numerosas investigaciones. Pero su misterio persiste, y algunos de los datos conocidos sobre el mismo exponen claramente las dificultades de los científicos para establecer claras relaciones de causa-efecto.
Pronto se conoció la naturaleza genética monocatenaroa circular de ADN y su secuencia genética, con ciertas similittudes estructurales con las familias Parvoviridae y Circoviridae. Pero sus peculiaridades biofísicas y genómicas le hicieron fundador de la nueva familia vírica Circinoviridae, haciendo referencia a la palabra latina circinatio, que significa describir un círculo.
Su prevalencia, variable, según cada Investigación, era siempre alta, con cifras en el rango desde el 2% hasta el 60%. Pero pronto se hizo evidente que el virus estaba presente no solo en personas afectadas de hepatitis, sino también en personas sanas, sin signos clínicos. ¿Cuál sería, pues, el significado clínico del misterioso virus TT?
FUNCIONES. Aproximadamente un 12% de los donantes de sangre europeos, americanos o asiáticos están infectados por el virus TT. Las mujeres embarazadas, cercanas al parto, analizadas en ciertos hospitales del Congo, dieron cifras del 54% de infectividad positiva. Y el 50% de los pacientes japoneses de hemodiálisis. Es significativo que cuando a chimpancés se les inyecta intravenosamente el virus muestran una infección crónica, pero sin signos clínicos para hepatitis. Además, los drogadictos y personas sexualmente promiscuas poseen porcentajes de infeccion por virus TT semejantes a la media normal.
Lo inmediato sería pensar que el virus TT es resultado de una endosimbiosis no peligrosa, con una adaptación mutua entre hospedado y hospedador tal que si alguna vez, evolutivamente, fue patogénico, ahora no lo es. En los últimos años se han descubierto varios nuevos virus. ¿Cuántos se desconocen?. Un rápido examen del genoma humano indica que, posiblemente, más de 12 familias de retrovirus (material genético de ARN) han infectado al ser humano durante su historia. Hasta ahora solo se han caracterizado tres familias. Posiblemente existen bastantes virus por descubrir, patológicos o no
La otra posibilidad es que al virus TT le ocurra algo parecido a lo sucedido con el Parpovirus 19, cuyos efectos se desconocían y que ahora se asocia con el desarrollo de crisis aplásticas. Antes o después se descifrará el misterio del virus TT. Ello reafirma la necesidad de investigar intensamente. Y lo importante no es que la Investigación sea básica o aplicada sino que se haga buena Investigación. Para ello los países deben esforzarse no solo en desarrollar grandes programas, sino sobre todo en alimentar y nutrir a los grupos investigadores que constituyen la masa crítica científica de la sociedad.