Los gatos salvajes, felinos y otros animales tienen grandes cantidades de copias virales en la sangre pero toleran al patógeno y no enferman. Ello es una consecuencia de una adaptación evolutiva y sucede porque de forma constante reemplazan los glóbulos blancos eliminados por otros. Por analogía, muchos científicos piensan que será una realidad la posibilidad de que, a raíz de la epidemia del sida, el hombre siga la misma estrategia y acabe adaptándose al virus. Cuando un virus se introduce en una población, como lo ha hecho el VIH en la especie humana, o la destruye o no la destruye. Si no la destruye, lo probable es que el virus se debilite o la especie cambie. Así es la evolución.