Ciencia y salud

Por José Antonio Lozano Teruel

Promesas deshonestas

Promesas deshonestas
Ilustración :: ÁLEX

¿Sería posible conocer con antelación si una persona va a actuar deshonestamente, incluso si va a cometer un crimen, despreciando sus compromisos o promesas previos?. En el año 2002 el gran director Steven Spielberg abordó esta cuestión en su filme Minority Report. Como suele suceder, al final la realidad supera siempre a la ficción y en el próximo número del mes de diciembre de la prestigiosa revista NEURON unos científicos europeos publicarán un artículo indicando que han encontrado los mecanismos fisiológicos cerebrales humanos implicados en el incumplimiento o ruptura de los compromisos y promesas.

MINORITY REPORT
En el año 2054 ha sido posible erradicar el crimen en Washington, D.C. El futuro se puede predecir y los culpables pueden ser condenados antes de que cometan su delito. ¿Cómo se ha conseguido?. Con una unidad de élite, la de Pre-Crimen, perteneciente al Departamento de Justicia, donde todas las pruebas sospechosas son analizadas por los Pre-Cogs, que son tres seres psíquicos cuyas visiones sobre los asesinatos nunca han fallado. Parece tratarse de un sistema perfecto y avanzado de lucha contra el crimen, dirigido con ahínco por  John Anderton (Tom Cruise). John Anderton, destrozado por una trágica pérdida, vuelca todos sus esfuerzos en este sistema que podría evitar a miles de personas la tragedia por la que él ha pasado.  Por ello, cuando transcurren unos años parece lógico realizar una votación nacional para implantar el sistema en todo el país. Todo parece funcionar a perfección… hasta que Anderton se convierte en el sospechoso número uno.
 
Sin duda el director Steven Spielberg responsable de la adaptación cinematográfica del guión, es uno de los mayores genios del cine contemporáneo y su calidad queda patente en una fastuosa puesta en escena. La nómina de intérpretes era excepcional:  Tom Cruise (como el detective John Anderton), Colin Farrell (Danny Witwer), Max von Sydow (el director Lamar Burgess), Samantha Morton (Agatha), etcétera. Sin embargo, Minority Report no fue considerado como un gran filme posiblemente porque, de acuerdo con algunos críticos, el guión se quedaba en la superficie y apenas arañaba vagamente y sin profundidad el meollo de temas interesantes, desperdiciando la oportunidad de haber ido más allá del thriller futurista. Aunque el guión contenía  atisbos de comentario social y discusión filosófica, que podrían haber sido fascinantes, quedaron casi ocultos tras la capa de barniz hollywoodense que se le aplicó para darle atractivo a la cinta.

En todo caso el tema quedaba planteado: ¿se puede anticipar el futuro comportamiento deshonesto o antisocial de una persona?.

PROMESAS
En el comportamiento humano las promesas y compromisos son básicos para promover la cooperación, confianza y asociación entre las personas. Aunque, generalmente, las promesas no sean  jurídicamente vinculantes constituyen el entramado para el desarrollo de las situaciones cotidianas de intercambio económico y social. Pero mientras algunas promesas se mantienen otras se rompen engañando a quien o quienes fueron los receptores de las mismas. Entre los políticos son abundantes los incumplidores de promesas: según Vladimir Lenin, “las promesas son como galletas: se hacen para romperlas” y Enrique Tierno Galván llegó a afirmar que “las promesas electorales se hacen para no cumplirlas”.  Por ello, fue muy insólito el caso ocurrido hace unos años, según divulgó el periódico alemán DIE SÜDDEUTSCHE ZEITUNG, de un político local de Lotringia condenado por un juzgado por no haber cumplido las promesas hechas en las elecciones. No se especificaban las promesas y no fue condenado a la cárcel, sino a una penalización económica.

Pero no sólo son los políticos sino un buen porcentaje de hombres de negocios, diplomáticos, abogados y personas privadas los que no siempre se comportan honestamente. Por ello, a veces, soñamos con poder tener un instrumento que nos pudiera predecir si una persona determinada en el futuro va a tener un comportamiento antisocial o si, sobre todo en políticos y hombres de negocios, van a ser o no capaces de mantener sus promesas.

NEURON
El Dr. Thomas Baumgartner y el profesor Ernst Fehr, ambos de la Universidad de Zurich, y el profesor Urs Fischbacher de la Universidad de Konstanz, todos ellos reputados científicos suizos, son los autores del artículo The Neural Circuitry of a Broken Promise que publicará el próximo número de la revista NEURON. El Dr. Baumgartner es neurocientífico mientras que los Drs. Fehr y Fischbacher son economistas. Básicamente en su investigación de interacción social la ruptura de una promesa conducía, por una parte, a unos beneficios monetarios para el rompedor y, por otra parte, a unas pérdidas económicas para el receptor de la promesa. Con un escáner cerebral se hicieron los correspondientes estudios a lo largo del experimento.

Cuando una promesa era rota se pudo advertir un aumento de la actividad en zonas del cerebro que normalmente poseen una alta participación en los procesos de emoción y control, sugiriendo que la ruptura de la promesa origina un conflicto emocional en el protagonista al tener que suprimir la respuesta que sería la honesta.

Pero lo más interesante es la posibilidad de predicción de comportamientos. Efectivamente, tanto los individuos que finalmente cumplen su promesa como los individuos que la quebrantan muestran exactamente el mismo resultado cerebral al iniciarse la experiencia, cuando ambos grupos piensan cumplirla. Sin embargo, a lo largo del experimento, antes de que los incumplidores culminen sus propósitos, ciertas alteraciones cerebrales ya predicen que lo harán, es decir, tal como ha explicado el Dr. Baumgartner “las medidas de la actividad cerebral pueden revelar ya malévolas intenciones en tiempos que son previos a los de la realización del acto deshonesto”, lo que lleva a la especulación de que algún día, en las circunstancias que se establezcan, las medidas de actividad cerebral pudieran servir no sólo para capturar a culpables sino a la prevención de fraudulentas intrigas criminales. Lo que es indudable es que de haberlo podido hacer ya en algún caso específico la actual crisis económica mundial tendría otra dimensión no incrementada por los inmensos fraudes financieros que la han acompañado y/o provocado.

En todo caso, en palabras del coautor de la investigación Erns Fehr  “estos resultados ofrecen la perspectiva de ser capaz de comprender y entender mejor la base fisiológica del cerebro en los comportamientos prosociales y, especialmente, en los antisociales”.

 

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