Ciencia y salud

Por José Antonio Lozano Teruel

Año nuevo, ¿cuánto de corazón nuevo?

El papel del corazón está muy enraizado en todas las religiones e ideologías. Recordemos la cita bíblica (Ezequiel 36:26-27) “Quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne y pondré dentro de vosotros mi Espíritu”. O la más práctica, del gran matemático, físico, filósofo y escritor Blaise Pascal: “No creo en las revoluciones que cambian el orden de las cosas y no cambian el corazón del hombre”.

Año nuevo, ¿cuánto de corazón nuevo?

 

El papel del corazón está muy enraizado en todas las religiones e ideologías. Recordemos la cita bíblica (Ezequiel 36:26-27) “Quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne y pondré dentro de vosotros mi Espíritu”. O la más práctica, del gran matemático, físico, filósofo y escritor Blaise Pascal: “No creo en las revoluciones que cambian el orden de las cosas y no cambian el corazón del hombre”. 
 
Nosotros debemos situarnos en otro terreno, el científico. Intentaremos responder tres grandes interrogantes: ¿Puede  cambiar, renovarse o regenerarse el corazón humano?, ¿con qué mecanismos puede conseguirlo?, ¿qué hay de realidad en la terapia celular cardíaca usando células madre, con la que se experimenta en tantos hospitales del mundo?
 
RENOVACIÓN
Las respuestas a estas preguntas son complejas y científicamente son muy controvertidas. Empecemos con la primera. Durante mucho tiempo se ha creído firmemente que el corazón y los cardiomiocitos (sus células cardíacas musculares) no eran regenerables. La razón se exponía recientemente en un artículo de la revista Nature: “La interrogante de con qué frecuencia nacen nuevas células cardiacas ha sido muy difícil de resolver debido a que se necesitaban nuevas técnicas que nos ayudaran a comprender este proceso”.
 
Uno de los grandes retos de la investigación cardiovascular es encontrar un método que permita reemplazar las células perdidas tras un infarto. En este contexto es importante conocer la capacidad regenerativa del corazón pues, de no existir, tras una lesión destructiva del tejido cardiaco los esfuerzos médicos se limitarían a intentar preservar lo que sobrevivió después del accidente isquémico, sin pensar en otras posibilidades terapéuticas.
 
¿Se dividen las células cardiacas adultas? La investigación animal nos da datos, gracias al uso de la bromodeoxiuridina.  En ratones, diariamente entran en mitosis, es decir, en división celular, entre el 0,25 y el 1 % de la población total de cardiomiocitos de un corazón normal. La cifra iguala al número de células que entran en apoptosis, muriendo. Ello significa que el ratón cuenta con un corazón completamente renovado celularmente cada dos años. Para el corazón humano se barajan cifras de recambio muy variables, entre el 0,0005 y 3%. Tomando como valor prudente el 0,06%, ello supone una renovación total de las células cardiacas humanas cada cinco años: una persona de 50 años ha renovado a lo largo de su vida el equivalente de diez corazones distintos. 
 
En el caso de un infarto agudo de miocardio el parénquima cardíaco no regenera espontáneamente posiblemente porque tras el infarto la lesión es substituida por una cicatriz de tejido fibroso, con menor poder regenerativo. Todo ello nos demuestra la importancia de conocer los sistemas biológicos capaces de regenerar las células cardíacas a fin de poder estimularlos con fines terapéuticos.
 
CÉLULAS MADRE
Hace más de diez años, en el 2001, aparecieron unas primeras publicaciones del grupo del  Dr. Orlic demostrando que ciertas células madre procedentes de médula ósea eran capaces de reparar infartos agudos de miocardio en ratón, reponiendo “de novo” tanto el músculo como los vasos y logrando una notable recuperación morfológica y funcional en sólo diez días. Las expectativas levantadas fueron enormes, más cuando pronto se conoció la capacidad de otras células madre para producir efectos semejantes. En cualquier caso, todas estas publicaciones fueron controvertidas desde el principio porque ninguna de ellas aclaraba los mecanismos de la diferenciación de las células trasplantadas y dejaban múltiples preguntas sin contestar. Pero la realidad mundial fue que, inmediatamente, se iniciaron los primeros ensayos clínicos de fase I sobre humanos. 
 
Tras una década, ¿cuáles son los logros y los problemas? Los pasados 28 y 29 de noviembre se celebraron en Barcelona, organizadas por el International Center for Scientific Debate las jornadas internacionales Unsolved Problems in Heart Repair. Treinta excelentes expertos internacionales analizaron la situación actual de la terapia celular en la regeneración miocárdica, discutiendo problemas tales como cuáles son los tipos de células madre más adecuadas, la causa de la eliminación casi inmediata por el sistema inmune de las células trasplantadas, cuáles deben ser los objetivos prioritarios buscados, cómo reducir el actual gran desconocimiento de los mecanismos de acción, la determinación del momento óptimo para una actuación, cómo seguir la evolución de la intervención, la ética y el marco regulador de estas terapias, etcétera. La pregunta central de debate fue “¿Es seguro y deseable llevar adelante estudios clínicos sin haber demostrado cuáles son los mecanismos implicados?”. No hubo una respuesta clara.
 
En una revisión sobre el tema, realizada hace poco tiempo, el Dr. Nadal-Ginard, de la Mount Sinai School of Medicine de New York, indicaba que tras conocerse los resultados de varias docenas de ensayos clínicos, realizados prácticamente sin la base de una experimentación animal previa, no existen evidencias convincentes de que los protocolos utilizados sirvan para regenerar células miocárdicas contráctiles en el miocardio humano. 
 
AUTORREGENERACIÓN
Un nuevo descubrimiento esperanzador ha irrumpido en el panorama de la renovación cardiaca. Muchos científicos sostenían que los cardiomiocitos adultos surgían casi exclusivamente de células madre, por el proceso de diferenciación. Otros enfoques proponían como origen de las células nuevas del corazón adulto a los propios cardiomiocitos pre-existentes, mediante la correspondiente división celular.
 
Hace un mes apareció el trabajo anteriormente reseñado de la revista Nature, con el título (traducido) de “Renovación del corazón de los mamíferos por cardiomiocitos pre-existentes”. Usando sofisticadas tecnologías de captación de imagen se aclaró el debate, concluyendo que los cardiomiocitos pre-existentes son la fuente dominante clara de sustitución de las células cardiacas en mamíferos adultos, un remplazo celular imprescindible para la renovación cardiaca durante el proceso de envejecimiento o tras una lesión en el corazón. Ello daba al traste con la teoría de que los nuevos cardiomiocitos provienen de las células madre cardiacas, cuyo papel, quedaba relegado a un segundo plano.  
 
La autorregeneración ocurre mediante una baja tasa de división de los cardiomiocitos ya existentes durante el proceso de envejecimiento normal. Esta actividad regeneradora se incrementa en las áreas del corazón próximas a una lesión cardiaca. De esta manera, el propio ciclo de regeneración celular actúa con mayor o menor intensidad en función de las necesidades, produciendo nuevos cardiomiocitos para cubrir los déficits derivados del envejecimiento celular o suplir las pérdidas de células tras una lesión o trastorno cardiaco.
 
Según el investigador Dr. Lee: “Nuestros datos demuestran que los miocardiocitos adultos son los que intervienen principalmente en la generación de nuevos miocardiocitos y que a medida que envejecemos perdemos cierta capacidad para formar nuevas células cardiacas…Esto significa que estamos perdiendo nuestro potencial para reconstruir el corazón en la segunda mitad de la vida, exactamente cuando la mayor parte de las enfermedades cardiacas nos afectan. Si podemos descubrir cómo ocurre esto, podremos desarrollar algún medio potencial para la regeneración del corazón”
 
Conclusión: seguir la investigación con la aplicación de las células madre en cardiología sí, pero (muy importante) investigar mucho sobre los mecanismos biológicos de la autorregeneración  y cómo conseguir incrementarla.
 
Más en:
http://www.bdebate.org/en/forum/unsolved-problems-heart-repair
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