Ciencia y salud

Por José Antonio Lozano Teruel

Bolas magnéticas que inalámbicamente estimulan al cerebro

La técnica es una derivación de la conocida como estimulación cerebral profunda, que consiste en insertar unos electrodos de fricción en el cerebro y someterlos a unos pulsos rápidos y débiles eléctricos

La técnica es una derivación de la conocida como estimulación cerebral profunda, que consiste en insertar unos electrodos de fricción en el cerebro y someterlos a unos pulsos rápidos y débiles eléctricos. Tal estímulo se ha mostrado prometedor para el tratamiento de una serie de trastornos como el Parkinson, la enfermedad de Alzheimer, trastorno obsesivo compulsivo y la depresión. Pero la necesidad de actuar quirúrgicamente hace menos atractiva esta opción de tratamiento.
 
Polina Anikeeva, científica de materiales en el Instituto de Tecnología de Massachusetts en Cambridge, ha desarrollado una alternativa muy interesante. Nuestro sistema nervioso está posee receptores celulares, llamados receptores TRPV1, que son sensibles al calor y el dolor. Anikeeva se preguntó sobre el modo de estimularlos. “Imagínese comer una guindilla y la sensación de ardor en la lengua. Es la misma sensación que al poner la lengua en una superficie caliente y la misma proteína es responsable de esa sensación.”
 
En lugar de usar los electrodos, el equipo de Anikeeva inyectó nanopartículas magnéticas en una región particular en los cerebros de tres ratones. Luego sometieron los cerebros de los ratones acampos magnéticos de baja frecuencia de radio, por primera vez en una dirección y luego en otra, haciendo que las nanopartículas liberen calor cuando intentan volver a alinearse con el campo. El calor fue recogido por los receptores TRPV1 de las neuronas cercanas dando lugar a la transmisión de señales eléctricas. Al cabo de un mes las partículas permanecían funcionales. El equipo pretende perfeccionar el método mediante la inyección de partículas diferentes en distintas regiones del cerebro. Así, cada partícula respondería a una amplitud y frecuencia de la oscilación independientes del campo magnético. Ello permitiría estimular primero un área del cerebro y a continuación, cambiar la configuración para estimular a otras zonas y explorar los efectos.
 
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