Se calcula que hace 200 años la media de menstruaciones que una mujer tenía a lo largo de su vida no llegaba a las 30. Actualmente, en países desarrollados, para una mujer con dos hijos la cifra puede alcanzar las 400, debido a la anticipación de las menarquias en unos cinco años, al menor número de hijos y embarazos y a los cortos períodos de lactancia. En los ciclos existe una exposición a niveles altos, fluctuantes, de hormonas estrogénicas y progesterona, promotoras de proliferación celular, un factor de riesgo para el cáncer, lo que podría explicar las altas incidencias de los de mama, ovario y endometrio en las mujeres de los países desarrollados.