Ciencia y salud

Por José Antonio Lozano Teruel

Lucha contra la progeria

Uno de los principales objetivos actuales de muchos científicos es el de conseguir conocer mejor los procesos de envejecimiento para poder actuar sobre ellos con la finalidad de aumentar los años de vida y su calidad. Una espléndida conferencia impartida recientemente por el profesor Carlos López Otín en la Fundación de Estudios Médicos (FEM) de Molina de Segura, en la que se refirió a la lucha contra la progeria, nos proporciona justificación para el presente comentario.

Lucha contra la progeria
Ilustración :: ÁLEX

PROGERIA

Los datos del Instituto Nacional de Estadística del año 2010 indican que, en España, la esperanza de vida de un hombre, al nacer ha alcanzado los 77,8 años y  en la de la mujer los 84,3 con tendencia ascendente de 1,58 años por década (varones) y de 1,78 años (hembras), respectivamente. Pero los datos estadísticos son simplemente eso, estadísticos. Tristemente, para los enfermos de las diferentes modalidades de progeria esas cifras son una simple ilusión, ya que su esperanza de vida es muy reducida. La progeria (del griego geras, "vejez") es una enfermedad genética poco frecuente (menos de un caso por cuatro millones de niños) caracterizada por un envejecimiento muy acelerado, afectando a los diferentes  órganos y tejidos. Al nacer, los niños pueden parecer normales y los síntomas suelen manifestarse durante los dos primeros años, con retardo en el crecimiento, alopecia, anomalías en la piel, etc.  Aunque existen supervivencias superiores a los 40 años, el promedio de vida es de 13 años, siendo rara la supervivencia tras la adolescencia. En más del 80% de los casos la muerte se debe a complicaciones como la ateroesclerosis, fallos e infartos cardíacos y trombosis coronaria.

¿Por qué ocuparse de la progeria cuándo es tan poco común?. Los afectados fallecen finalmente casi exclusivamente debido a fallos cardíacos. Como cualquier persona que sufre de una enfermedad cardíaca, sus signos comunes son los de presión arterial alta, infartos, angina de pecho, corazón alargado y fallo del mismo. Pero todas estas condiciones las encontramos estrechamente relacionadas al envejecimiento.  Por ello, la progeria puede servirnos de modelo para comprender el proceso del envejecimiento y encontrar una cura para la progeria ayudará no únicamente a los niños que la padecen  sino que también proveerá las claves para tratar adecuadamente a millones de adultos que sufren enfermedades cardíacas asociadas al proceso natural de envejecimiento.

ESPAÑA

Aunque existen  varios tipos de progeria, el tipo clásico es el SPHG (Síndrome de la Progeria Hutchinson-Gilford) así denominado por los médicos que lo describieron en Inglaterra, a finales del siglo XIX, los doctores Johnatan Hutchinson y Hastings Gilford. En concreto, el SPGH es causado por una mutación en un gen llamado LMNA que codifica la producción de la proteína Lamin A, que es la base estructural que mantiene la célula en equilibrio. En los afectados, la proteína Lamin A es defectuosa e inestabiliza al núcleo celular constituyendo la causa última del envejecimiento prematuro. Actualmente se conocen otros tipos de progeria relacionados con otras diversas mutaciones genéticas.

Como se recordaba recientemente en un artículo de revisión publicado en la revista GERONTOLOGY, los estudios biogerontológicos en España fueron promovidos por el Dr. Jaime Miquel Calatayud, quien durante 20 años desarrolló su carrera científica en Ames Research Center de la NASA, regresando en los 80 a España, donde continuó sus investigaciones en el Instituto de Neurociencias de la Facultad de Medicina de Alicante, pero, en la actualidad, en España existen diversos grupos de investigación sobre temas relacionados con el envejecimiento que son muy activos internacionalmente en campos diferentes como la modulación nutricional del envejecimiento, la participación de hormonas, particularmente estrógenos, en el proceso, así como en la biología molecular del envejecimiento y, en concreto de la progeria, aspecto éste, que por su novedad, pasamos a comentar.

PROGERINA

Carlos López-Otín es uno de los grandes investigadores españoles actuales y posee unas extraordinarias dotes científicas y humanas, como atestiguan sus premios y distinciones internacionales. Su vocación científica y universitaria le ha hecho elegir Oviedo para desarrollar su labor demostrando que también es posible hacer grandes cosas en algunas universidades de tipo medio. Sus investigaciones genómicas, sobre el cáncer y la progeria están situadas en las cotas internacionales más altas. Respecto a la progeria, hace ya una década, la creación de ciertos ratones modificados genéticamente para analizar la progresión tumoral del cáncer le había llevado a observar a su  grupo que estos animales envejecían de manera acelerada debido a la acumulación de una proteína tóxica en la membrana que protege al núcleo celular. Otros investigadores, localizaron las mutaciones genéticas responsables en unos genes de nombres tan crípticos como LMNA y ZMPSTE24. Son las causantes del síndrome de Hutchinson-Gilford y otras formas de progeria. 

Ello llevó a la detección de la progerina como la proteína anormal responsable de la progeria y a saber que, con determinados fármacos, era posible, en células cultivadas, impedir una transformación química de la misma (una “farnesilación”) evitando su acción perjudicial. La carrera desde el laboratorio hacia los primeros ensayos clínicos fue vertiginosa. A nivel mundial la Progeria Research Foundation estimuló la investigación y colaboración entre diversos grupos y Francis Collins, Director del National Human Genome Research Institute, codirector del Proyecto Genoma Humano y codescubridor del gen de la progeria escribió “No conozco ningún otro caso de enfermedad genética rara en la que sólo en 4 años se haya podido ir desde el descubrimiento del gen aI ensayo clínico.” 

Gracias a otros descubrimientos en los que el grupo de López-Otín ha tenido una participación importante ya existen en marcha otros ensayos clínicos a nivel mundial usando una combinación de tres fármacos, basados en resultados previos alentadores. Por otra parte este mismo grupo investigador ha descubierto recientemente la localización genética de una nueva forma de progeria, la de Nestor-Guillermo, por el nombre de las dos personas localizadas hasta ahora que la sufren, que tienen afectados sus genes BANF1 en la posición 65.770.775  con la sustitución de una base guanina por otra adenina. Este simple cambio en uno de los tres mil millones de pares de bases de su genoma les ocasiona el desastre.

Otro gran investigador español, de Hellín, Juan Carlos Izpisua Belmonte, cuyo trabajo se divide entre el Salk Institute for Biological Studies de California y el centro de Medicina Regenerativa de Barcelona, está implicado en otra gran colaboración internacional, usando células madre inducidas, las iPSC, procedentes de fibroblastos de pacientes con progeria, como modelo para  investigar el envejecimiento. En conclusión, que los resultados de las investigaciones, siempre que sean buenas, suelen tener aplicabilidad universal. Lo importante es la calidad de la investigación.

Más en:
http://www.progeriaresearch.org/progeria_en_espanol.html

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