Ciencia y salud

Por José Antonio Lozano Teruel

El agua de Marte y el meteorito de Molina de Segura

El lunes pasado, en la prestigiosa revista Nature Geoscience se publicaba un artículo titulado “Transient liquid water and water activity at Gale crater on Mars”, fruto de la colaboración de 25 científicos que trabajan en diversos centros de Astrofísica y Astrobiología de diez países diferentes, de ellos seis investigadores españoles, ubicados en tres centros de nuestro país

El agua de Marte y el meteorito de Molina de Segura
El lunes pasado, en la prestigiosa revista Nature Geoscience se publicaba un artículo titulado “Transient liquid water and water activity at Gale crater on Mars”, fruto de la colaboración de 25 científicos que trabajan en diversos centros de Astrofísica y Astrobiología de diez países diferentes, de ellos seis investigadores españoles, ubicados en tres centros de nuestro país. La investigación se basa en los datos procedentes del robot de exploración Curiosity  que lleva más de dos años explorando el cráter Gale, de un diámetro de unos 154 kilómetros, que se formó hace unos 3.500 millones de años, por el impacto de un meteorito.
 
El Curiosity, con unos 1000 kgs de peso y el tamaño de un automóvil pequeño,  cuenta a bordo con la estación meteorológica REMS (Rover Environmental Monitoring Station) un complejo laboratorio desarrollado y fabricado en España, con seis sensores: dirección y velocidad del viento, presión, humedad relativa, temperatura del suelo, temperatura del aire y radiación ultravioleta, proporcionando datos que son registrados cada hora del día además de otros periodos de tiempo en los que se acaecen circunstancias especiales. Para fabricarlo se ha contado con la colaboración de las siguientes instituciones: Centro de Astrobiología, Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Centro para el Desarrollo Técnico Industrial, Ministerio de Defensa de España, Ministerio de Economía y Competitividad, Finnish Meteorological Institute, EADS Astrium Crisa, Alter Technology, Universidad Politécnica de Cataluña y MSL.
 
El REMS consta de cuatro componentes junto a los seis sensores. Los componentes son el boom 1, boom 2, un medidor de radiación ultravioleta y una unidad de control. Respecto a los sensores, los dos booms poseen sensores de temperatura del aire y del suelo, el 1 incorpora sensores de viento y el 2 también mide el viento y la temperatura del aire y, además,  lleva un sensor de humedad relativa. Además de tales sensores de los booms, el REMS incluye otro de radiación ultravioleta y otro de presión.
 
La investigación recién publicada en la revista Nature Geoscience señala las condiciones ambientales de Marte permiten la existencia de agua líquida salada (salmuera) durante la noche y que, durante el día las salmueras se secan por el aumento de la temperatura, pero al anochecer las sales presentes en el suelo (percloratos) vuelven a absorber el vapor de agua de la atmósfera, formándose las salmueras. Según Javier Martín-Torres, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC-Universidad de Granada), la presencia de agua líquida “es un hecho extremadamente relevante” y tiene “enormes implicaciones para la habitabilidad de todo el planeta, para su futura exploración, así como para todos los procesos geológicos que estén relacionados con el agua”.Para Jesús Martínez Frías, otro coautor de la investigación  ”Lo llamativo de este trabajo es que no habla de presencia de agua en el pasado del planeta, sino en el Marte del presente”.
 
Jesús Martínez Frías tiene una estrecha relación con Murcia y con Molina de Segura. Es Jefe del Grupo Investigación del CSIC-UCM sobre  “Meteoritos y Geociencias planetarias”, Director de la Red Española de Planeotología y   Astrobiología (Redespa), Investigador de los proyectos NASA-MS1, ESA-ExoMars y NASA-Mars2020 y Presidente de la Asociación Internacional de Geoética. Hace pocos días, en sendas conferencias pronunciadas en el Teatro Vico de Jumilla y en el Teatro Villa de Molina de Segura, explicaba a más de mil escolares de esas zonas sus investigaciones actuales marcianas, recordando, además, otra investigación anterior suya, publicada en la revista científica Astronomy and Geophysics, sobre el mayor meteorito caído en España, el meteorito de Molina de Segura (http://goo.gl/DYQl2j), en la Nochebuena de 1858.
 
 
El meteorito cayó en un paraje entre las pedanías de Campotejar y La Hornera, actualmente declarado como lugar de interés geológico de la Región de Murcia. Cuando días después del impacto algunos curiosos se acercaron al lugar de la caída, removieron un poco la tierra y no encontraron nada pero, posteriormente, durante la siega de la cebada, uno de los segadores localizó el hoyo formado por el meteorito y escarbando con la hoz dio con una piedra de figura cuadrangular, color negruzco y de gran densidad pesando  “diez arrobas y quince libras” (unos 150 kgs). El dueño del terreno, Martínez Fortún recogió los testimonios de los testigos y, junto a otros datos, los incluyó en un informe que registró ante un juez de Murcia y, en 1863, la reina Isabel II aceptó donar el meteorito al Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, donde se exhibe, como parte de la colección permanente del museo. Algunos fragmentos del meteorito se repartieron por diferentes colecciones e instituciones del mundo, como el Museo de Historia Natural en Londres (Reino Unido), el Museo Field de Chicago (Estados Unidos) o la colección de meteoritos del Vaticano.
 
El meteorito pudo proceder de la fragmentación de las capas más externas de los asteroides localizados entre las órbitas de Marte y Júpiter, donde se originaría hace más de 4.000 millones de años, siendo posteriormente proyectado al espacio interplanetario por alguna colisión. Martínez Frías y su colaboradora Rosario Lunar establecieron que se trataba de una condrita ordinaria, un meteorito rocoso muy primitivo formado por pequeñas partículas esféricas, denominadas cóndrulos, que proceden de la solidificación de polvo y gas de la nebulosa solar primigenia, aquella que dio origen al Sistema Solar y a nuestro propio planeta.  Ambos científicos propusieron al ‘International Meteoritical Bulletin’, la base de datos oficial de los meteoritos del mundo, que sustituyeran el nombre inicial registrado de “meteorito de Molina”, por el de “meteorito de Molina de Segura”, ya que el municipio de Molina cambió a Molina de Segura a propuesta, en 1916, de la Sociedad Geográfica Real.
 
Nuestro excelente amigo y científico Jesús Martínez Frías es hoy, pues, el nexo de unión y de protagonismo, por sus investigaciones, de dos hechos astrofísicos muy destacados, uno nacional (el meteorito de Molina de Segura) y otro planetario (el agua de Marte).
 
Más en:
 
http://goo.gl/luOFRC
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