El trabajo, de investigadores españoles, se recoge en la portada del mes de octubre de la prestigiosa revista Nature Genetics, con una ilustración de Luisa Lente inspirada en los resultados y el cuadro de Salvador Dalí “Paisaje con mariposas. El gran masturbador y paisaje surrealista con ADN”. ¿De qué se trata?

 

Sabemos que todas las células de un organismo pluricelular contienen idéntico material genético (su genoma) pero se organizan y expresan de modo muy diverso. Las diferencias entre los diferentes tipos celulares se deben a la expresión diferencial de sus genes y ello es consecuencia de la interacción de varios factores, como el papel de los factores de transcripción o de la maquinaria de transcripción, así un conjunto de modificaciones que ocurren en la cromatina (ADN y proteínas asociadas), como consecuencia con su “diálogo” con el medio ambiente: las modificaciones epigenéticas.

 

Lo descubierto por el grupo dirigido por el investigador del Centro de Regulación Genómica y profesor de la UPF Roderic Guigó y por Montserrat Corominas, del departamento de genética de la Universidad de Barcelona y el Instituto de Biomedicina de la UB, es que, al contrario de lo que se creía hasta ahora, las marcas epigenéticas en la cromatina no se comportan igual en todas las fases del desarrollo de un individuo (ellos han usado como modelos el gusano C. elegans y la mosca del vinagre D. melanogaster). Así, las marcas epigenéticas parecen ser poco relevantes en la regulación de los genes que se expresan de manera puntual durante el desarrollo. Según los autores: “los resultados de nuestro estudio contribuirían a una mejor aproximación a la hora de manipular o modular los niveles de expresión de los genes, algo que sería muy útil de cara al estudio y el tratamiento de algunas enfermedades porque sabemos que a menudo estos genes están directamente relacionados con ellas”.

 

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