Ciencia y salud

Por José Antonio Lozano Teruel

Cáncer, ¿un viejo problema con nuevas soluciones?

¿El cáncer es una enfermedad antigua o de tiempos modernos? ¿Pueden las últimas investigaciones en prevención y tratamientos oncológicos convertir el cáncer en una enfermedad del pasado? Para muchas personas la respuesta a éstas y otras preguntas necesita alguna aclaración.

Cáncer, ¿un viejo problema con nuevas soluciones?
Ilustración :: ÁLEX

ANTIGÜEDAD

Diversos estudios arqueológicos han localizado tumores cancerosos en huesos fosilizados de dinosaurios, o cáncer de próstata con metástasis óseas en un esqueleto humano de 2.700 años de antigüedad. Hipócrates (460 a.C.- 370 a.C.), el gran médico griego, ya denominó a la enfermedad con el equivalente griego de la palabra “cangrejo”, porque el perfil estrellado de los tumores sólidos recuerda a las extremidades del cangrejo.

Algunas corrientes científicas consideran el cáncer como un fenómeno reciente, ya que era relativamente infrecuente en tiempos pasados. En el siglo veinte se aumentó drásticamente la incidencia del cáncer, probablemente debido a factores como el gran incremento de la esperanza de vida o la exposición ambiental a compuestos químicos y a radiaciones ionizantes, además de que la mejora en los sistemas públicos de salud también ha influido en el mejor diagnóstico de la enfermedad. Hoy disponemos de numerosas herramientas diagnósticas para detectar los tumores, por ejemplo, pruebas radiológicas como la mamografia, marcadores tumorales en analíticas sanguíneas, endoscopias digestivas, o el estudio anatomopatológico de las biopsias. Cada vez más, se pueden detectar los tumores en fases muy iniciales, antes de que adquieran capacidad infiltrante y metastásica. Un buen ejemplo de detección precoz es el realizado con las colonoscopias, recomendables para las personas mayores de 50 años.

CAUSAS

El cáncer es una enfermedad genética, pues son los cambios o mutaciones en el ADN los que permiten a las células dividirse indefinidamente. En condiciones normales, la división celular esta rigurosamente controlada por señales provenientes del interior de la célula y de las células del entorno. Una célula cancerosa rompe este sistema de control y el equilibrio con sus células vecinas. El avance de la enfermedad se produce cuando las células cancerosas escapan de su tejido de origen, viajan por el torrente linfático o sanguíneo y se hospedan en un órgano distante, empezando a crecer en éste (“metástasis”).

¿Qué es lo que hace en el cáncer que las células normales de un organismo dejen de cooperar entre sí? La respuesta está en los genes. Es curioso que la esponja Amphimedon queenslandica contenga el 90% de los genes conocidos involucrados en el cáncer humano. Muchos de estos genes son importantes en la comunicación celular, la señalización para el crecimiento, el suicidio celular (apoptosis) o la reparación del ADN. Cada una de estas funciones es crucial para la supervivencia y función de un animal multicelular. Cuando se alteran se puede producir el cáncer. Las esponjas son animales multicelulares y datan de más de 635 millones de años. Ello indica que, probablemente, el cáncer es una consecuencia obligada del paso evolutivo de la vida monocelular a la multicelular.

¿Cómo se producen las mutaciones causantes del cáncer? La causa puede ser accidental, En otras, son factores ambientales tales como compuestos químicos, contaminantes, o algunos  virus que dañan al ADN irreparable y perdurablemente. Algunos genes, denominados oncogenes y genes supresores de tumores, sirven para estimular o reprimir el cáncer, respectivamente. Son como el acelerador o el freno de un automóvil. Los oncogenes favorecen la división celular y los genes supresores de tumores frenan dicha división. En más de la mitad de los cánceres está mutado el gen supresor de tumores p53 y cuando este gen u otros similares mutan, la división celular se descontrola. Pero se necesitan años o décadas para que una célula normal adquiera una combinación de mutaciones que la transformen en una célula cancerosa. Por ello, el cáncer es más común en personas de edad más avanzada.

TRATAMIENTOS

¿Cómo se puede tratar el cáncer? ¿Por qué un tratamiento adecuado para un tipo de tumor en una persona no lo es para otra? Actualmente se dispone de un amplio arsenal de armas para luchar contra el cáncer lo que se traduce en una mayor supervivencia y/o curación. En quimioterapia la extensa lista de fármacos disponibles incluyen al metotrexato, paclitaxel, cisplatino, doxorrubicina, gemtabicina, etoposido, fluoruracilo, etc. Los investigadores profundizan en la investigación genómica individual del cáncer para conocer las razones de las respuestas individuales y diseñar mejores terapias individualizadas.

¿Por qué las células cancerosas son difíciles de matar y se ocasionan efectos secundarios? Muchas drogas y radiaciones usadas aniquilan las células en división, tanto cancerosas como también algunas sanas del gusto, tracto digestivo, médula ósea o folículares capilares. Por ello los pacientes pierden el pelo, experimentan nauseas severas, vómitos y diarreas, y son susceptibles a infecciones graves. Los científicos investigan sobre el diseño de terapias selectivas que destruyan las células cancerosas sin dañar las células sanas.

¿Existen en la actualidad tratamientos oncológicos específicos para cada tipo de tumores? Comenzamos a tenerlos. Así, un cierto porcentaje de tumores de mama son sensibles y estimulables por los estrógenos, hormonas sexuales femeninas. Ya se dispone de fármacos como el tamoxifeno que bloquea selectivamente el receptor celular de los estrógenos, evitando así la proliferación de las células tumorales. Tambien se puede frenar la producción de estrógenos bloqueando una enzima de su biosíntesis, la aromatasa. Otra terapia selectiva interesante reciente es la de la leucemia mielógena crónica (LMC), que consiste en una translocación cromosómica (“cromosoma Philadelphia”), entre el brazo largo del cromosoma 9 y una parte del cromosoma 22. El resultado es un gen fusionado, el BCR-ABL, que codifica la síntesis de una enzima tirosín-quinasa anormal. En condiciones usuales, las enzimas tirosín-quinasas favorecen la división celular. En una célula tumoral de LMC, la enzima anómala  permanece activa mas tiempo y la proliferacion celular se  hiperactiva y descontrola. Una empresa suiza ha desarrollado el compuesto Gleevec (Imatinib), que bloquea la quinasa de BCR-ABL sin alterar las otras quinasas. Los resultados son excepcionales: prácticamente, en el 100% de los pacientes con LMC que han sido tratados con Gleevec, la enfermedad remitió, con recuentos sanguíneos dentro de la normalidad. Aunque con el tiempo, las celulas tumorales generan nuevas mutaciones, haciéndose resistentes, el desarrollo de otros fármacos, como Dasatanib y Nilotinib, ofrece nuevas alternativas.

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