Ciencia y salud

Por José Antonio Lozano Teruel

El misterioso síndrome de la Guerra del Golfo

Para oponerse a la invasión de Kuwait en 1990, hace 25 años se desencadenó la denominada Guerra del Golfo, que Incluyó una campaña aérea de seis semanas y de cuatro días de lucha en el suelo antes de que se declarase el alto el fuego fue declarado el 28 de febrero de 1991.

El misterioso síndrome de la Guerra del Golfo
Para oponerse a la invasión de Kuwait en 1990, hace 25 años se desencadenó la denominada Guerra del Golfo, que Incluyó una campaña aérea de seis semanas y de cuatro días de lucha en el suelo antes de que se declarase el alto el fuego fue declarado el 28 de febrero de 1991.
 
Los combatientes de la coalición multinacional que se formó incluía a cerca de 700.000 soldados estadounidenses, así como a personal militar del Reino Unido, Canadá, Australia y Francia, etc, con hasta 30 países colaboradores. El bando ganador sufrió pocas bajas y la mayoría de los combatientes regresaron a sus países en la primavera de 1991.
 
Pero tras su regreso pronto comenzó a detectarse que una buena parte de los participantes regresados, pero no todos, mostraban una variedad de síntomas desconocidos muy difíciles de entender e interpretar y que no eran los mismos para todos.  A esta nueva y misteriosa enfermedad de le denominó Síndrome de la Guerra del Golfo (SGG). Principalmente consistían en fatiga, dolor generalizado, alteraciones cognitivas y problemas de memoria, erupciones cutáneas, desórdenes gastrointestinales y dificultades respiratorias. No todos los enfermos presentaban las mismas.
 
Se iniciaron muchas intensas investigaciones médicas dirigidas a caracterizar el trastorno, comprender su prevalencia, investigar las posibles causas, y explorar probables mecanismos de la aparición. Las explicaciones surgidas fueron muy variadas, pero hasta hoy, no se ha podido encontrar una única y clara causa del problema. Como ejemplo demostrativo del esfuerzo investigador realizado, si realizamos una consulta del término “War Gulf “ en el prestigioso banco mundial PubMed de publicaciones médicas referenciadas, aparecen más de 1900 referencias, y en el último quinquenio aún se mantiene un ritmo de publicaciones superior al medio centenar anual.
 
Una de estas recientes investigaciones, de este mismo año, ha sido una revisión del tema titulada (traducida) “Las últimas investigaciones sobre la enfermedad Guerra del Golfo y otros problemas de salud en los veteranos de la Guerra del Golfo de 1991: Efectos de la exposición a sustancias tóxicas durante el despliegue”, publicada en la revista Cortex. Comentamos algunos de sus datos.
 
Tanto los militares víctimas del SGG y bastantes médicos sospecharon desde el inicio que la causa de la condición fueron las diversas exposiciones químicas sufridas ya que en este conflicto las tropas estuvieron expuestas a muy diversos productos químicos, entre ellos los agentes de guerra química de bajo nivel liberadas por la destrucción de las instalaciones iraquíes, la fumigación extensiva y el uso de pesticidas, los medicamentos que se administraron de manera profiláctica para proteger a los soldados contra las exposiciones peligrosas, y las emisiones de cientos de incendios de pozos petrolíferos establecidos por las tropas iraquíes a medida que se retiraron de Kuwait.
 
Hace un par de años un panel internacional de expertos estableció unos criterios para la clasificación y la gravedad de la enfermedad SGG. Basados en ellos y otros similares, en la bibliografía se pueden encontrar una docena de investigaciones sobre los afectados destinadas a evaluarla tasa de prevalencia del síndrome con el examen de un total de más de 25.000 veteranos, obteniendo resultados variables, pero con una media de afectados que se puede establecer en cerca de un 30% de los participantes en el conflicto.
 
Muchos de ellos presentan alteraciones neurológicas de diverso tipo como esclerosis lateral amiotrófica, cánceres cerebrales, neuritis, neuralgia, migraña, esclerosis múltiple o Parkinson. En todo caso, la presencia de las alteraciones neurológicas es una de las características específicas del SGG, pero también suelen ser acompañadas con otros variados desórdenes de tipo sicológico y siquiátrico.
 
Para intentar encontrar la causa concreta de tales efectos se han rastreado, usando aproximaciones científicas e instrumentales muy diversas,  posibles culpables posibles: pesticidas, emisiones de las armas de uranio empobrecido, contaminantes del aire de los incendios de pozos de petróleo de Kuwait, agentes nerviosos químicos, la vacuna que se usó contra el ántrax u otras múltiples vacunaciones, el amplio uso realizado de bromuro de piridostigmina como medida profiláctica contra la posible exposición a un agente nervioso, algunos recubrimientos de pintura resistente a productos químicos y otras condiciones como las psicológicas del estrés o el calor, así como las posibilidades de la interacción sinérgica entre algunas de ellas.
 
 
 
A pesar de todo ello las causas exactas del SGG siguen siendo oscuras, aunque actualmente podemos establecer que:
 
El SGG afecta entre un cuarto y un tercio de los veteranos participantes, afectados por un trastorno caracterizado por síntomas crónicos que afectan múltiples sistemas del cuerpo.
El SGG fue causado por la exposición a sustancias tóxicas, por separado o en combinación, siendo los indicios más claros los que apuntan a los efectos de plaguicidas, del bromuro de piridostigmina, con posible participación adicional de gas nervioso, agentes contaminantes de los incendios de pozos de petróleo o las múltiples vacunas.
Los afectados del SGG suelen sufrir una variedad de trastornos neurológicos, solos o en combinación con otros, como ELA, cáncer de cerebro, accidente cerebrovascular, migraña, dolores de cabeza, etc.
La consecuencia de la intoxicación química deriva en una patología de tipo persistente
Para la prevención futura de problemas similares en el personal militar y para el desarrollo de nuevos tratamientos relacionados con la disfunción neurológica será imprescindible el descubrimiento de biomarcadores, como los que se acaban de proponer en una investigación recién publicada.
Dada la similitud de los problemas de salud de los veteranos de la guerra del Golfo y los de otros grupos ocupacionales expuestos a sustancias químicas peligrosas, por ejemplo, los aplicadores de insecticidas, los agricultores, trabajadores de viveros de plantas o algunos trabajadores químicos, la consecución de tratamientos adecuados para los afectados del SGG tendrá implicaciones de largo alcance para el tratamiento de esos grupos de pacientes.
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