Gripe aviar H7N9: ¿una nueva pandemia?
En un solo año la epidemia de la mal llamada gripe española de 1918 posiblemente causó la muerte de más de 50 millones de personas. Su causante fue un virus A del subtipo H1N1
En un solo año la epidemia de la mal llamada gripe española de 1918 posiblemente causó la muerte de más de 50 millones de personas. Su causante fue un virus A del subtipo H1N1. Todos recordamos la relativamente reciente (año 2003) pandemia del Síndrome Respiratorio Severo Agudo (SARS) que mató, a pesar del alto nivel actual de la Medicina, a uno de cada diez de los ocho mil infectados. Y, las previsiones agoreras, afortunadamente incumplidas, sobre el virus H5N1 de la gripe aviar, en el año 2006. Realmente de los nuevos virus que continuamente emergen, sólo unos pocos son capaces de dañar nuestra salud y producir alarma. Este parece ser el caso de la nueva gripe aviar H7N9 que está causando estos últimos días infecciones humanas letales en China.
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Las epidemias y pandemias de enfermedades infecciosas han ocurrido en toda la historia de la Humanidad, aunque hace unos pocos años nos parecía que los avances médicos acabarían con ellas. Sin embargo, la triste experiencia del virus inductor del SIDA es un recordatorio de que los peligros, sobre todo los de los virus, todavía existen y de que no siempre podemos responder adecuadamente a los mismos.
Al contrario de lo que sucede con muchas bacterias y microorganismos, contra los virus no existen suficientes medicamentos eficaces. No los podemos clasificar realmente como organismos vivos y su pequeño tamaño y la alta tasa de mutación de su genoma les hace ser especialmente esquivos hacia un ataque quimioterápico directo. Por ello, la aparición de nuevos virus es una amenaza preocupante ante la que debemos permanecer en alerta.
El 31 de marzo la Agencia Reuters anunció que, en China, se había producido, pocos días antes, la muerte de un paciente aquejado de un nuevo tipo de gripe ocasionada por un virus desconocido. El pasado lunes la cifra conocida de afectados superaba el centenar y el de fallecidos la veintena. Durante esta semana las cifras no han dejado de incrementarse. ¿Existe un peligro real una pandemia o, incluso, de una epidemia? La semana pasada un equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzó las investigaciones sobre el origen y características de la nueva enfermedad, que no se había detectado previamente en humanos hasta finales del pasado mes de marzo. Los afectados se están aislando y tratando en hospitales determinados, se han cerrado los mercados de aves vivas de corral en muchas ciudades, se ha ordenado la suspensión de la venta de aves salvajes para evitar la propagación del virus y se ha prohibido el contacto directo entre humanos y animales en los zoológicos.
La preocupación respecto al tema es evidente pero la experiencia de casos anteriores hacen aparecer ciertas notas positivas: Para evitar una repetición del pánico de 2003, las autoridades chinas han prometido una transparencia total; rápidamente han iniciado medidas de prevención como las antes señaladas; los avances científicos han posibilitado en muy pocos días la caracterización del virus H7N9 responsable y la secuenciación completa de su genoma, disponible libremente.
Como no se han confirmado casos de transmisión entre humanos (sólo desde animales a humanos) se descarta la posibilidad, por ahora, de una pandemia. Respecto a las características de las pandemias, las graves son aquellas en las que se producen transmisiones sostenidas de humano a humano y fallecen al menos 1-2% de las personas afectadas. Aunque el H7N9 sea más patogénico que el N1H1 usual de la gripe A humana, su peligro sería menor siempre que no se transmita de humano a humano. Y, otra buena noticia, es que China ya ha comenzado a intentar fabricar una vacuna contra el virus H7N9, aunque no podría estar disponible antes de seis meses.
VIRUS
Hay tres tipos de virus de la gripe: A, B y C. Los virus A y B causan epidemias de temporada de la enfermedad, generalmente entre octubre y mayo. Las aves acuáticas son los huéspedes naturales de todos los tipos conocidos de virus gripales tipo A, en particular los patos silvestres, gansos, cisnes, gaviotas, aves costeras y golondrinas de mar. Algunos virus A también pueden infectar a personas, aves, cerdos, caballos, mamíferos marinos y otros animales.
¿De dónde procede el nombre o clasificación de estos virus?. A que el material genético de los virus está envuelto por una membrana compuesta de proteínas. Una de ellas es la hemaglutinina (H), otra es la neuraminidasa (N), que pueden ser reconocidas por nuestro sistema inmune con lo que se generan anticuerpos. De ahí las letras H y N. Por ejemplo, un virus H7N2 designa un subtipo de virus de gripe A que tiene una H7 y una N2. Se conocen 17 distintas hemaglutininas y 10 diferentes neuraminidasas, por lo que, con todas las combinaciones, se podrían dar más de 150 variantes. Precisamente, la causa del uso del antivírico tamiflu se basa en que es un inhibidor de la enzima neuraminidasa, y por tanto impide que el virus hidrolice el ácido neuramínico de la cubierta celular evitando que el virus infecte las celulas.
Todas las variantes HxNy son capaces de infectar las aves, salvo el subtipo H17N10 que solo ha sido encontrado en murciélagos. Los reservorios naturales de los virus A de la gripe son las aves, mientras que sólo tres subtipos H1N1, H1N2 y H3N2 suelen infectar a humanos y sobre ellos actúan las vacunas existentes. Algunos subtipos se pueden hallar en otras especies animales infectadas. Por ejemplo, los virus H7N7 y H3N8 pueden provocar enfermedades en los caballos y el virus H3N8 también puede causar enfermedades en los perros.
SITUACIÓN
Ocasionalmente, algunas variantes son capaces de dar el “salto” de especie desde aves a humanos, directamente o con el paso intermedio de los cerdos. Los nueve subtipos potenciales de H7 (desde H7N1 a H7N9) se habían detectado previamente, la mayoría de ellos en aves silvestres y de corral considerándolos virus gripales aviarios tipo A de baja incidencia patógena. En cuanto a las infecciones de virus H7 en humanos son poco comunes, sólo encontradas en personas en contacto directo con aves infectadas. Sus consecuencias suelen incluir conjuntivitis y/o síntomas respiratorios de las vías superiores, pero raramente problemas graves, salvo el caso actual del H7N9.
En realidad, los análisis genéticos parecen mostrar que el H7N9 es un nuevo virus recombinado, es decir, que la proteína H7 procede de un virus aviar mientras que la proteína N9 es de otro origen. Esa novedad hace que para el ser humano no presente respuesta inmunitaria y como cada virus necesita una vacuna específica, las actualmente existentes no seann efectivas contra el H7N9.
La situación actual es de alerta y examen pero no alarmante. En todo caso, la identificación del virus de H7N9 es sólo el comienzo de un largo viaje científico dirigido hacia la elucidación de la epidemiología, la gama de huéspedes, la patogenicidad del virus y el desarrollo de vacunas eficientes y terapias antivirales. Mientras tanto, otra noticia esperanzadora es que el nuevo virus es susceptible al medicamento antiviral oseltamivir, por lo que tras el diagnóstico el tratamiento con esta esta droga debe iniciarse tan pronto como sea posible.
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