Ciencia y salud

Por José Antonio Lozano Teruel

Agua embotellada, antimonio y 'hoax'

“El veneno que suelta el plástico con el calor se llama antimonio, y se viene denunciando hace mucho tiempo. Si dejas tu botella plástica con agua en el coche durante días calurosos y te bebes el agua después de que ésta se haya calentado, corres el riesgo de desarrollar cáncer de pecho. La cantante Sheryl Crow dijo en el Show de Ellen que ella sufrió cáncer de pecho a raíz de algo similar…Este tóxico es el mismo que se ha encontrado en los tejidos de senos con cáncer. Así que por favor NO TOMES el agua de botellas de plástico que se hayan podido recalentar, y pasa esto a todas las mujeres…POR FAVOR NO TE QUEDES CON ESTA INFORMACIÓN. PÁSALA”.

Agua embotellada, antimonio y 'hoax'
::Alex
HOAX
El párrafo anterior es un mero ejemplo de lo que podemos encontrar en correos electrónicos de los que recibimos diariamente. Se trata de un bulo, o como en inglés se denomina, un hoax, una noticia falsa que intenta sea considerada como real y que es divulgada masivamente por Internet. Este hoax, aún muy activo en la red, tuvo su origen en el año 2003 señalando que las botellas de plástico PET (PoliEtilen Terftalato) contenían un elemento cancerígeno liberable, DHEA (DiEtil HydroxilAmina) con la reutilización de las botellas. Otro hoax posterior, del 2004, advertía que la congelación de las botellas de plástico puede liberar dioxinas cancerígenas en el agua que contienen. La última versión, la reproducida anteriormente, comenzó en junio del 2007 y aún persiste en Internet. 
 
Internet es una ventana informativa permanente abierta al mundo y su utilidad es inmensa. Pero, ante el cúmulo de informaciones que nos ofrece cada vez existen un mayor número de tales informaciones relacionadas con la salud y que presuntamente están asentadas en realidades científicas. Pero, frecuentemente no se trata de ciencia, sino de periciencia o de pseudociencia. ¿Qué puede hacer para descubrirlo y llegar a la verdad el lector normal, no especialista? Sólo existe una respuesta: intentar conocer lo que nos dice la verdadera ciencia. Y ésta es la que se publica por investigadores profesionales en las revistas científicas especializadas. Nuestro hoax de hoy puede servirnos de ejemplo y pretexto al respecto.
 
España es el cuarto país de la Unión europea que más agua embotellada consume por habitante. Cada español consume unos 140 litros anuales de agua embotellada. La mayor parte se expende embotellada en envases PET, en cuya fabricación se usan diversos aditivos, entre ellos trióxido de antimonio como catalizador. El antimonio puede ser tóxico e, incluso, letal en cantidades de unos 100 mg y se estima una persona ingiere unos 0,5 miligramos/dia de diversas procedencias. Como algunos compuestos derivados del PET de las botellas (formaldehídos, antimonio, ftalato, acetaldehído, etc),, podrían pasar al agua contenida en ellas existe una legislación que establece unos límites de migración para estos compuestos que son recomendados por comités de científicos expertos, a fin de que no existan riesgos para la salud.
 
Para el antimonio en Europa ello se traduce en un límite máximo de 5 μg/L (directiva 2003/40/CE de la Comisión de las Comunidades europeas), mientras que en EEUU se fija en 6 μg/L  y la de la OMS es de 20 μg/L.
 
 
PELIGROS
 
La toxicidad de dosis altas de antimonio son bien conocidas, como puso de manifiesto un estudio hecho en 1998, publicado en Food and Chemical Toxicology, sobre ratas a las que se les suministró durante 90 días agua conteniendo diversas cantidades de sales de antimonio. 
 
Hace unos años surgieron algunas dudas sobre la cantidad de sustancias como el antimonio liberadas por los envases de PET en circunstancias especiales (envejecimiento, calor, múltiple rellenado) y sus implicaciones sobre la salud.  Así, en 2006, William Shotik, un químico del Instituto de Geoquímica Ambiental de la Universidad alemana de Heidelberg, en un artículo publicado en la Royal Society of Chemistry Journal, tras estudiar 45 marcas de agua, opinaba que el fenómeno podría ser perjudicial para la salud. 
 
Alcanzó una mayor repercusión en los medios de comunicación una investigación danesa publicada en el 2010 en la revista JEnviron Monit en la que se indicaba la presencia de altas cantidades de antimonio, de hasta 2,7 veces superiores a las permitidas en Europa, en diversos zumos embotellados de frutas analizados. 
 
Es significativo que en varios centros docentes americanos, como la Universidad Weleyan de Illinois se haya prohibido recientemente la venta de botellas de agua mineral en envases de plástico.
CIENCIA
¿Hay motivos para alarmarse? No lo parece, aunque, al igual que opinaba Syam Andra, este año, en el Journal of Water Resources and Protection, en su análisis de la exposición humana a los aditivos de los plásticos usados en el almacenado de materiales acuosos, es conveniente y necesario seguir investigando sobre estos temas.
 
Así, varios científicos criticaron diversos aspectos metodológicos relacionados con el trabajo antes citado relacionado con la presencia de altas cantidades de antimonio en los zumos embotellados de fruta, señalando que las conclusiones no estaban bien extraídas, en concordancia con datos obtenidos en 2008 sobre aguas embotelladas en Hungría, publicados en Science of the total environment indicando que las bajas concentraciones de antimonio en el agua dejaban sin fundamento las preocupaciones sobre sus posibles efectos tóxicos sobre la salud. Ese mismo año otra investigación demostró que la práctica de la desinfección solar de las botellas PET con agua liberaba cantidades mínimas de sustancias como el antimonio, de modo que no eran un peligro para la salud.
 
Y muy recientemente, hace unos días, una excelente investigación de investigadores españoles del Departamento de Química Analítica de la Facultad de Química de la Universidad Complutense que se ha publicado on-line por la revista Food Chemistry, estudia la migración de antimonio desde los envases PET hasta los líquidos contenidos ( agua destilada, ácido acético al 3%, etanol al 10 y 20%, aceites vegetales y vinagre, entre otros), siguiendo los métodos analíticos recomendados por una reciente normativa de la Unión Europea elaborada para evitar los resultados dispersos de investigaciones diferentes. El resumen de los resultados, en palabras de los autores: “En conclusión, los resultados obtenidos en este trabajo demuestran que los valores específicos de migración para el antimonio, en disoluciones acuosas estandarizadas y con estimulantes de alimentos grasos, son mucho menores que el límite superior establecido por la UE (40 g / kg) y en todos los casos por debajo del límite europeo de 5 g / L para el agua potable. Estos resultados demuestran la baja tendencia del antimonio a migrar desde el PET en los alimentos en condiciones normales de utilización”. Por tanto, esto es lo que hoy nos dice la ciencia la respecto.
 
El ejemplo analizado del hoax de hoy sería extrapolable a otros muchos casos, lo cual no es incompatible con que seamos cuidadosos y usemos más botellas de vidrio para almacenar agua y no dejemos envejecer las botellas de plástico o no las sometamos a temperaturas altas o a la acción prolongada de la luz solar.
 
Más en:
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0308814613003798
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