Tierra
En los primeros tiempos de la formación de nuestro planeta las súbitas y grandes emisiones solares de rayos X pueden haber ayudado a asegurar la supervivencia de nuestro planeta, tal como están poniendo de manifiesto los datos obtenidos por la NASA con el observatorio Chandra de rayos X. Esas violentas explosiones que alcanzaron temperaturas de 100 millones de grados Kelvin ayudaron a separar el disco inicial en formación procedente de los planetas evitando que la Tierra fuese engullida y tragada por el Sol.