Ciencia y salud

Por José Antonio Lozano Teruel

Entrevista José Antonio Lozano Teruel

«Los políticos, en general, perjudican la investigación»

«Lo único que hacen son promesas y nada más», afirma José Antonio Lozano Teruel, catedrático de Bioquímica de la Universidad de Murcia.

UNA VIDA DEDICADA A LA DOCENCIA. El catedrático de Bioquímica, mientras trabaja en el laboratorio de la Universidad de Murcia. / VICENTE VICÉNS / AGM
UNA VIDA DEDICADA A LA DOCENCIA. El catedrático de Bioquímica, mientras trabaja en el laboratorio de la Universidad de Murcia. / VICENTE VICÉNS / AGM

Estudió y se doctoró en Ciencias Químicas en la Universidad de Murcia, de la que llegó a ser rector. Anteriormente realizó los trabajos de investigación junto a Francisco Sabater, que fue su maestro. Ambos empezaron con la Bioquímica en la Universidad de Murcia, una ciencia que iniciaba sus primeros pasos en toda España. Desde entonces vive dedicado a ella, y, desde 1971 es catedrático de esta especialidad en la facultad de Medicina. Amante de la docencia, confiesa que ha tenido muy buenos alumnos: unos veinte trabajan como catedráticos, y otros treinta, como profesores universitarios, muchos de ellos integrados en grupos de investigación de nivel internacional. Por sus clases han pasado todas las promociones de Medicina de la universidad murciana. «Es frecuente -afirma, satisfecho- que, en muchos lugares y actos, alguien, a quien no conozco o no recuerdo, se acerque a saludarme y me diga que yo fui su profesor». Hablamos de José Antonio Lozano Teruel, para quien también «existe una alta dosis de razón entre quienes creen que cada vez es más difícil una investigación independiente y lo más pura posible».

-¿Investigar está ahora tan acorralado como fumar, por ejemplo?

-No se trata de eso. Lo que siempre ha sucedido es que los grandes descubrimientos han sido fruto de algo que, al principio, era en sí misma una investigación pura, sin propósito alguno, y que después ha derivado en aplicaciones beneficiosas para la humanidad. Si en los momentos de los grandes descubrimientos hubiese sucedido lo que ahora se quiere aplicar cada vez más, conducir la investigación hacia unos caminos de efectos inmediatos y de búsqueda de resultados directos, quizá no se hubiese llegado a descubrir nada.

-¿De dónde surgen esas presiones?

-De los intereses económicos en las ciencias biomédicas, y de los intereses farmacéuticos. Se prefiere investigar sobre medicamentos que se apliquen crónicamente a una enfermedad, antes que conseguir una vacuna, que impida la existencia de tal enfermedad. El paludismo, por ejemplo, mata muchas más personas al año, muchísimas más, que el sida. Todo el mundo vive pendiente de esa psicosis del sida, pero del paludismo se habla muy poco. ¿Por qué? Porque detrás de los medicamentos del sida existe un negociazo enorme. Cierto que se está manteniendo esta enfermedad controlada, pero, mientras tanto, los enfermos del paludismo se mueren a millones.

Lozano Teruel

-¿No tienen nada que ver los responsables políticos en estas tragedias? ¿Son culpables ellos también de cuanto se sufre?

-Los políticos,en general, son perjudiciales para la investigación. Ellos disponen de los fondos y son responsables de fomentar una investigación libre. Normalmente, lo único que hacen son promesas y nada más. Y no me refiero a los políticos de los últimos años, sino en general. Esta queja ya la hacía Ramón y Cajal hace más de un siglo. La hizo Severo Ochoa. En El Quijote, incluso, ya se advierten quejas de este tipo, algo constante en España. Los españoles -y yo lo he dicho alguna vez, con referencia a los murcianos- tendemos más a creer en los milagros que en el esfuerzo. Además, nos gusta más gastar el dinero en fuegos artificiales que en algo constructivo y que permanezca.

-¿Así de tajante?

-Mire: con ocasión del quinto centenario del descubrimiento de América, España gastaba entonces menos del 1% del producto interior bruto en investigación y desarrollo, mientras la media europea de países parecidos nos duplicaba. Estábamos en 1992, y se hizo la promesa, por parte de todas las organizaciones políticas, de que nuestro país iba a alcanzar ese uno por ciento. Pues posiblemente sea este año -y ya no estamos en aquel 1992- cuando se haya llegado a ese 1%. Es aterrador el informe de que el único país europeo, que no sólo no avanza, sino que retrocede, es España. Le estoy hablando de un estudio reciente.

Economía del ladrillo

-¿Y Murcia?

-Mucho peor. Comparativamente, Murcia ha perdido mucho en competitividad. La Universidad de Murcia, que es el centro más importante de la Región en investigación, no figura entre las quinientas universidades mejores del mundo. Y hay nueve universidades españolas que sí están incluidas en esa relación. Por delante de la Universidad de Murcia también está la de Patras, en India. No digo eso en detrimento de esta universidad, sino por lo que significa. En Murcia estamos viviendo el sueño de que la economía en esta región se va a resolver con el turismo y el ladrillo. Es un sueño a corto y medio plazo. A largo plazo, lo único que importa es el esfuerzo productivo de verdad. Actualmente, en la India, aunque nos parezca raro, se está haciendo un tremendo esfuerzo en formar científicos, investigadores, técnicos. Igual sucede en China. Son países que empiezan copiando las cosas, pero, finalmente, terminan haciéndolas mejor que nosotros.

-Lo que, en ocasiones, hacen los científicos, ¿ no es también un sueño y hasta un fraude?

-En todas las profesiones hay de todo, como es lógico: personas más y menos honestas. La ciencia tiene una ventaja y es que las cartas tienen que descubrirse siempre. De hecho, lo que ha sucedido con el tan comentado investigador sobre las células madre, el coreano Woo Hu Hwang, tenía que descubrirse.

-¿Y no existía posibilidad de engaño?

-Es que los resultados científicos se publican. En el caso del coreano, su grupo de investigación es bastante bueno. Y de las cosas que ha publicado las hay salvables; también, en los artículos que provocaron la polémica hay cuestiones que son avances científicos; pero se han falseado otras.

-Pero ¿cómo se llega a ese descubrimiento a un falsificador científico?

-La ciencia se basa en que un investigador coge los resultados sobre un tema e intenta repetirlos; y, una vez que se ha probado esa repetición, esos resultados avanzan. Cuando no se repiten y no se conforma el mismo resultado en distintos lugares, termina demostrándose que todo es una falsedad. Lo mismo pasa con la literatura. Un señor que se limita a plagiar un libro ya editado, comete un fraude, y, antes o después, termina descubriéndose. En otros órdenes de la vida, los fraudes no se descubren, sino que permanecen para siempre, y los interesados acaban ganando.

-Ese investigador coreano, ¿no ha sido capaz de darse cuenta de que estaba expuesto a hacer el ridículo y a ser condenado?

-Sí, pero eso quizá viene al hilo de lo que comentábamos al principio: la excesiva presión que se realiza actualmente sobre los grupos de investigación para publicar, obtener resultados... Es la presión generalmente de los gestores políticos en los centros de investigación, porque hay que que publicar más, procurar un mayor impacto, obtener mejores resultados aplicables... Una de las cosas que más me ha repateado últimamente ha sido ver cómo un consejero de Sanidad de una comunidad autónoma convocó una rueda de prensa para presentar los resultados que había obtenido un grupo de investigadores de un hospital. ¿Que hace un consejero de Sanidad en esta rueda de prensa? Simplemente, salir en la foto. No. La investigación debe ser libre y los centros de investigación, de tecnología, de desarrollo... deben estar en manos de las personas más competentes, y no, en las de quienes se se acomoden más al político de turno.

-¿Sabe usted para cuándo está prevista la llegada a España de la gripe aviaria?

-Todas las declaraciones en torno a la gripe aviar son arriesgadas; muchas de ellas, sin base científica. Mire: gripe aviaria ha habido siempre. Aquella gran epidemia llamada gripe española, que nada tenía que ver con España, del año 1918, y que mató a más millones de personas que la primera guerra mundial, fue una gripe aviaria, pasada de las aves a las personas. Se han analizado muestras, que se conservaban, de personas que fallecieron, y se ha comprobado que tenían las características de una gripe aviaria, algo que se ha repetido desde entonces, pero sin haberse desarrollado como una gran plaga. Lo que debe hacerse es prevenir lo mejor posible y saber que, desgraciadamente, tampoco se puede prevenir todo, ni encontrar una solución inmediata.

-Pero, ¿cree que se ha avanzado algo?

-Indudablemente, pero es muy difícil aceptar la enfermedad o la muerte. Una persona cree que tiene derecho a seguir viva siempre, a estar sana...Y, bueno, tiene derecho a disponer de los mejores cuidados, a que se procuren soluciones factibles. Pero la biología es la biología, y los seres vivos son tremendamente complejos. Hay cosas que sabemos y otras que ignoramos; pero es evidente que se avanza. A principios de siglo XX, la vida media de los seres humanos era de cuarenta años en los paises desarrollados; actualmente, se está por encima de los setenta y cinco en los hombres, y ochenta, en las mujeres. Se debe, sí, a mejores hábitos higiénicos, pero también a los avances de la medicina. En las enfermedades hay muchas que no se curan, pero se controlan y se mantienen en un estatus compatible con una cierta calidad de vida. Posiblemente, terminarán curándose.

-¿Por qué la figura del científico no cala, no es reconocido, entre la gente sencilla?

-Depende de las sociedades. En la sociedad americana sí existe ese reconocimiento, y cree a pie juntillas en lo que dice un científico serio. En España, lo que he dicho antes: creemos más en los milagros, pero lo que vale es el trabajo constante, la dedicación. Necesitamos masa crítica. Mire: en Japón, hay diez ingenieros por cada abogado; en España, al revés.

-¿Y qué significa esto?

-Que la estructura de las sociedades son totalmente diferentes. Es, dejando aparte que los abogados no tengan el mismo papel en Japón, síntoma de una sociedad diferente. Hasta premios Nobel de economía, que no son susceptibles de pensar que el trabajo de investigación experimental es lo suyo, han llegado a evaluar que la aportación de los avances científicos y tecnológicos en el producto interior bruto, en la mejora de la economía de un país, es mayor que incluso las aportaciones de los empresarios.

MUY PERSONAL

Entretenimiento para las necesidades de las plantas

Lozano Teruel frente a su invento. / M. BUESO
Lozano Teruel frente a su invento. / M. BUESO

Hace escasos días se informaba en las páginas de este periódico de un aparato para riego por goteo, inventado por Lozano Teruel. La entrevista fue ocasión oportuna, para aportar nuevos datos.

-Hábleme ese invento suyo de riego por necesidad inventado por usted.

-Se trata de un entretenimiento entre mi primo Joaquín Martínez Lozano y yo. Deriva de un invento que hizo mi padre hace muchísimos años, y que era un riego para macetas, utilizando un depósito de agua en la propia maceta. Mi padre no pudo industrializar aquello, porque las patentes estaban más protegidas. Eso lo han patentado y lo explotan ahora distintas empresas extranjeras. Dándole vueltas al asunto, lo que hemos conseguido ha sido una variante, que consiste en un depósito autónomo, que tiene como característica que la cantidad de agua que sale del depósito depende de las necesidades de la planta y de la capacidad de la maceta. O sea, que si la planta necesita más agua, coge más; y si necesita menos, pues menos. Tiene la ventaja de que el consumo es menor, no hay encharcamientos, la planta crece mejor...

-¿Y lo han patentado?

-Lo que hemos hecho inmediatamente, porque aprendimos de lo que ocurrió con mi padre, ha sido cederle la patente a una empresa que sí lo ha patentado en todo el mundo y que está realizando acuerdos para comercializarlo en diversos países.

-¿Algún otro divertimento en puertas?

-Algo que quizá sea menos patentable: conseguir que las piscinas utilicen un 10% del cloro que consumían. Lo tengo puesto en mi piscina casi tres años, y funciona. No es sólo por un problema de ahorro, sino por evitar las molestias del cloro y sus derivados sobre las personas, y los destrozos que provoca en ropas y otros enseres caseros. Es una cosa tan sencilla que lo puede copiar todo el mundo. Haré unas hojitas descriptivas, para regalar a los amigos.