Ciencia y salud

Por José Antonio Lozano Teruel

Sangre, pura y elocuente

Sangre, pura y elocuente

Durante esta semana se viene celebrando en el palacio de Congresos de Murcia el 50º Congreso nacional de Hematología y Hemoterapia, un acontecimiento científico y médico en el que participan más de mil quinientos especialistas nacionales y extranjeros que  presentan más de seiscientos trabajos científicos. Pero, ¿de qué trata la especialidad de Hematología y cuáles son los aspectos que se discuten en el congreso?.

HEMATOLOGÍA

La Hematología, como especialidad médica, se inició en el primer tercio del siglo XX, al confluir médicos que realizaban tareas distintas, aunque relacionadas: internistas dedicados al estudio de enfermedades como anemias, cánceres de la sangre   (leucemias, linfomas, etc…); otros, dedicados al diagnóstico biológico de las enfermedades sanguíneas, así como los profesionales dedicados al uso terapéutico de la sangre – actividad que iniciaba entonces sus pasos - los conocidos como hemoterapeutas.

La amalgama de esas tres actividades, clínica, diagnóstico biológico y hemoterapia, dio lugar a la Hematología moderna. Es una especialidad reconocida por la Unión Europea, vigente en casi todos sus estados. La especialidad de Hematología y Hemoterapia, que así es su nombre completo,  tiene un rasgo especial que la diferencia del resto de especialidades médicas, y es su “bilingüismo”, es decir el hematólogo es un especialista que debe tener una mentalidad clínica y, simultáneamente, debe estar anclado en una sólida formación biológica. En definitiva, un médico capaz de entender dos lenguas, la de la clínica y la del laboratorio y ambas orientadas al cuidado de los enfermos. Ese “bilingüismo” se observa desde el inicio de la especialidad e impregna el libro “Blood, pure and eloquent”, del eminente hematólogo Maxwell Wintrobe, un documento clásico y magistral que analiza el nacimiento, desarrollo e integración de cada uno de los aspectos que han llegado a conformar la Hematología.

DESARROLLO

Es cierto que la medicina en general ha experimentado un impulso espectacular a partir de los años ochenta,  coincidiendo con el desarrollo doctrinal  de la inmunología, biología celular, biología molecular, pruebas de imagen, y otras que han condicionado un notabilísimo avance tecnológico en el estudio de muchas enfermedades. Ello es aún más evidente en la Hematología, que  su propia esencia integra el cuidado del enfermo con la responsabilidad de la aplicación de métodos biológicos para establecer no sólo su diagnóstico, sino también factores pronósticos y criterios de enfermedad residual tras la  aplicación de los tratamientos de quimioterapia. Por ello, esta especialidad tiene una avidez natural por incorporar a sus laboratorios herramientas de trabajo ofrecidas por la biología molecular y celular, citometría de flujo, citogenética moderna, química proteica, etc.

Un Servicio de Hematología tiene que atender con garantías a pacientes con graves enfermedades neoplásicas de la sangre, y es necesario tener las posibilidades diagnósticas para saber si el paciente es portador de marcadores moleculares que nos sugieran el tipo e intensidad de tratamiento que necesita. Igualmente, saber si persisten esos marcadores después de una terapia concreta, lo que nos obligará a continuar con otros tratamientos más intensivos, como puede ser el trasplante de médula ósea, en un intento de erradicar los indicios moleculares de enfermedad activa.  Y la aplicación de otras técnicas de biología celular o molecular nos llevará a caracterizar las anomalías que explican las manifestaciones hemorrágicas o trombóticas por trastornos de la coagulación o de las células responsables de mantener el equilibrio hemostático, como son las plaquetas.

Y, por supuesto, un aspecto nuclear en la especialidad es ir mejorando la seguridad y calidad de los productos sanguíneos, en definitiva la mejora de la medicina transfusional, aspecto que tiene una gran implicación social y sanitaria.
 
Otro hecho importantísimo es que, a raíz del conocimiento aportado por el trasplante de médula ósea,  se inició el estudio del valor de las llamadas células madre  o progenitoras como tratamiento potencial de diferentes enfermedades. Ello ha dado lugar al nacimiento de la medicina regenerativa, íntimamente ligada a la Hematología-Hemoterapia, para la obtención,  preparación y conservación de las células madre.

Los avances hematológicos han sido tan grandes en los últimos tiempos que podemos hablar de resultados impensables hace sólo unos años, como la curación del 80 por ciento de las leucemias infantiles y del 50 por ciento de las del  adulto,  así como de la mayoría de pacientes con enfermedad de Hodgkin,  sin olvidar las mejoras espectaculares conseguidas en enfermedades como linfomas, mieloma, anemias constitucionales y en el tratamiento de diátesis hemorrágicas congénitas como la hemofilia.

CONGRESO

De todo ello se está tratando en profundidad en el Congreso Nacional de Hematología y Hemoterapia, insistiendo en las novedades  diagnósticas y terapéuticas, con  un repaso exhaustivo de un buen número de enfermedades de la sangre, los aspectos psicosociales de quienes padecen  patologías  sanguíneas malignas, los procedimientos terapéuticos como el trasplante de médula ósea y de la terapia celular, junto a diferentes aspectos de la coagulación sanguínea y de su manifestación más frecuente, la trombosis. También ha tenido cabida la discusión de las nuevas tecnologías en transfusión,  así como diferentes aspectos de gestión que afectan a los Servicios de Hematología.

Ante la imposibilidad de comentar todos estos temas, nos referiremos sólo al contenido del último simposio del congreso, “la última hora terapéutica” que hace referencia a los nuevos fármacos que podremos utilizar en pocos meses y contribuirán a mejorar el tratamiento de algunas enfermedades. Se han presentado nuevos anticoagulantes orales, que posiblemente están llamados a desterrar los actuales anticoagulantes que exigen control periódico de laboratorio; dos nuevos fármacos que parecen útiles  para el tratamiento de situaciones rebeldes en el cuadro conocido como púrpura trombopénica idiopática, para la que aún no existe una terapia eficaz; un anticuerpo monoclonal útil para prevenir las crisis hemolíticas de la hemoglobinuria paroxística nocturna, y un nuevo agente capaz de facilitar la recogida de células madre del torrente circulatorio.

En definitiva, la hematología está viviendo estos días en Murcia un rico acontecimiento científico en el que también el papel de la hematología regional ha sido muy relevante, con más de sesenta participaciones a lo largo de las diferentes sesiones.

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