Ciencia y salud

Por José Antonio Lozano Teruel

¿Dónde se esconde el oro?

En situaciones de crisis, como la actual, las monedas pierden valor adquisitivo y el oro, por su escasez, constituye el refugio seguro y su precio se eleva enormemente. Por ello, es oportuno preguntarse: ¿se agotan las reservas de oro?, ¿de cuánto oro dispone la Tierra?, ¿dónde se encuentra?, ¿cuál fue su origen?.

¿Dónde se esconde el oro?

GENERALIDADES
Una investigación recién publicada en la revista NATURE proporciona bastantes respuestas a esas preguntas. La han llevado a cabo investigadores de la Universidad de Bristol (Gran Bretaña) con ultra-análisis de alta precisión realizados sobre muestras de las rocas más antiguas conocidas de la Tierra.

El término oro (símbolo  Au) se deriva del latín aurum, "brillante amanecer", constituyendo  el elemento químico número atómico 79, ubicado en el grupo 11 de la tabla periódica. Es un metal precioso de transición, blando, brillante, pesado, maleable, dúctil y de color amarillo, que no reacciona con la mayoría de los productos químicos.

A pesar de la creencia, en la Antigüedad, de que comer en platos de oro aumentaba la longevidad, lo cierto es que el oro no posee un papel relevante biológico en nuestro organismo. Sin embargo, si son de gran interés sus aplicaciones tecnológico-industriales, aparte de su función como reserva, patrón monetario o sus aleaciones en joyería y fabricación de monedas. Su buena conductividad eléctrica, resistencia a la corrosión y una buena combinación de propiedades químicas y físicas, extendió su uso, a finales del siglo XX, como metal en la industria. Sus aplicaciones específicas en electricidad, electrónica y microelectrónica son muy valiosas. En Medicina existen algunos usos terapéuticos específicos de ciertas sales de oro o de algunos de sus isótopos.

La producción mundial de oro durante el 2010 alcanzó un total de 2.500 toneladas métricas. El principal país productor es China (345), seguido por Australia (255) y Estados Unidos (230).

FORMACIÓN
El oro es un elemento que se crea en gran cantidad en las condiciones extremas que se dan en el núcleo colapsante de las supernovas: cuando la reacción de fusión nuclear cesa, las capas superiores de la estrella se desploman sobre el núcleo estelar, comprimiendo y calentando la materia hasta el punto de que los núcleos más ligeros, como por ejemplo el del hierro, se fusionan para dar lugar a otros metales más pesados (uranio, oro, etc.). Otras teorías apuntaban a que el oro se formó a partir de gases y líquidos que se elevan desde el estructura interna de la Tierra, dirigiéndose a la superficie a través de fallas de la corteza terrestre. Actualmente se piensa que las presiones y temperaturas que se dan en el interior de la Tierra no son suficientes para ocasionar la fusión nuclear de la cual surge el oro.

Respecto al oro en nuestro planeta los expertos indican que durante la formación de la Tierra, en las condiciones extremas existentes, el hierro fundido profundizó hacia el centro formando el núcleo. Este fenómeno estuvo acompañado con el arrastre de la gran mayoría de los metales preciosos existentes en nuestro planeta, tales como el oro y el platino. Ello significaría su acumulación en el núcleo y la ausencia casi total de oro en la superficie terrestre. La primera premisa es cierta y los diferentes cálculos prueban que en el núcleo de terrestre existen suficientes metales preciosos para que pudiesen cubrir la superficie de nuestro planeta con una capa de cuatro metros de espesor.

Sin embargo, respecto a la segunda conclusión, en la corteza terrestre hay oro. Los metales preciosos son decenas de miles de veces más abundante en el manto de silicatos de la Tierra que lo  previsto¿ De dónde procede?.

METEORITOS

Ya se había argumentado que esta sobreabundancia fue debida a una lluvia de meteoritos que afectó a la Tierra después de que se formara el núcleo, por lo que  la carga completa de oro de los meteoritos se depositarían en el manto sin perderse en el profundo interior de la Tierra. Por cierto, la posible presencia de oro en la superficie terrestre se profetiza en la Biblia (Apoc 21:15-27) al hablar de una nueva Jerusalén con calles de oro.

Ha sido ahora cuando los doctores Matthias Willbold y Tim Elliott, del Bristol Isotope Group del School of Earth Sciences han podido demostrarlo, al analizar rocas de Groenlandia formadas hace casi cuatro mil millones de años. Estas rocas proporcionan una visión única de la composición de nuestro planeta poco después de la formación del núcleo terrestre y antes del gran bombardeo de meteoritos, ocurrido hace unos 3.900 millones de años, es decir unos 600 millones de años después de la formación de la Tierra, bombardeo que depositó sobre la superficie terrestre unos 20 millones de toneladas de material cometario, por lo que que aproximadamente un 0,5% del manto terrestre proviene de la lluvia de meteoritos. Los meteoritos, al impactar, agitaron el manto de la Tierra originando gigantes procesos de convección. Posteriormente se formaron los continentes y los concentrados de metales preciosos

La investigación se ha realizado determinando con extrema precisión la composición isotópica de tungsteno en las rocas. El tungsteno (W) es un elemento muy raro (una diez millonésima parte de la masa total) y, como el oro y otros elementos, debería haber entrado en el núcleo cuando este se formó. La disminución observada de 15 partes por millón en la abundancia relativa del isótopo 182W entre las rocas de Groenlandia y las de hoy en día concuerda con la consideración de que el exceso de oro accesible en la Tierra es el resultado del subproducto del bombardeo de meteoritos.

Según Willbold, "nuestro trabajo demuestra que la mayoría de los metales preciosos, clave en nuestras economías y muchos procesos industriales, llegaron a nuestro planeta por una afortunada coincidencia, cuando la Tierra fue golpeada por el material asteroidal".

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