Para la obtención biológica del hidrógeno otros grupos trabajan con organismos diferentes a las bacterias. Investigadores de la Universidad de California, en el año 2000, usando el alga verde común fotosintética Chlamydomonas reinhardtii, deprivada de sus fuentes de azufre, consiguieron la producción de hidrógeno. Ya han logrado obtener un 10% del rendimiento máximo posible pero esperan llegar en el futuro a una cifra cercana al 100% en cuyo punto el hidrógeno se podría usar para producir electricidad de un modo económicamente competitivo respecto al obtenido usando como fuente energética el gas natural.