Ciencia y salud

Por José Antonio Lozano Teruel

El olor de las hormigas

En un artículo anterior comentábamos algunas peculiaridades biológicas de las hormigas centradas principalmente en dos aspectos: a) su capacidad asombrosa de extenderse por grandes zonas geográficas; b) sus brillantes tácticas militares de conquista.

Desde hace tiempo es un hecho reconocido la capacidad de las hormigas y otros insectos sociales para reconocer olores y responder a ellos. Hoy vamos a ocuparnos de algunos aspectos de este interesante tema.

OLORES. Un ejemplo de este conocimiento lo encontramos en el relato infantil de los niños de un Colegio uruguayo que obtuvieron un premio de investigación instituido por el Ministerio de Educación y Cultura de su país para estimular a los más jóvenes: Una maestra nos dijo que cuando ponía clavos de olor en la biblioteca llena de galletitas, las hormigas no entraban. Decidimos experimentar entonces con el clavo de olor y observamos con asombro cómo al colocar el clavo de olor en un tarro con azúcar lleno de hormigas, éstas desaparecían de inmediato. Cuando pusimos clavo de olor en diferentes lugares recorridos por las hormigas, éstas lo rodeaban formando un nuevo camino y no se acercaban. Después experimentamos con otras plantas como romero, cebolla, menta, albahaca o perejil. Con el perejil pusimos una galleta bañada en una esencia de perejil que preparamos, otra rodeada por la esencia, otra cubierta de hojitas frescas y otra como testigo, observando que las hormigas que comían de la galleta bañada con esencia de perejil morían pero que las hojitas frescas causaban siempre el ahuyentamiento de las hormigas.

Otro ejemplo: Basado en el comportamiento observado de las hormigas en relación con los olores el geólogo chileno Roberto Hugo Aguirre Maturana ha desarrollado, un curioso programa informático que está libremente disponible en Internet (www.geocities.com/chamonate/hormigas/antfarm/indice.html) que tiene por objeto simular la capacidad de las hormigas para coordinarse en la tarea de recolectar alimentos, a través de reacciones individuales y de corto alcance ante los estímulos del entorno. Para lograrlo, parte del supuesto de que las hormigas reaccionan ante su entorno secretando olores, que son depositados en el suelo (rastros de olor) y que tienen una duración limitada, desvaneciéndose con el transcurso del tiempo. Las hormigas en sus desplazamientos se valdrían de dos clases de marcas de olor. La primera, es secretada por la hormiga cuando encuentra el nido, o cuando encuentra un rastro de nido. La segunda es secretada por la hormiga cuando encuentra alimento o cuando encuentra una marca de alimento.

INVESTIGACIONES. Últimamente, se están dando pasos importantes en el descubrimiento de los mecanismos moleculares de los sistemas que usan los insectos sociales como las hormigas para comunicarse y organizarse a través del olfato. Un trabajo de los doctores Krieger y Ross publicado en la revista Science en el año 2001 se refería a las hormigas Solenopsis invicta, que se están extendiendo rápidamente por Iberoamérica y Australia, provocando picaduras dolorosas a los humanos y pérdidas agrícolas cuantiosas. Existen dos tipos de colonias, las de una única reina y las de múltiples reinas. Estas últimas son las más peligrosas y se extienden más rápidamente.

El tipo de colonia, la estructura social de poder, es determinado por un gen GP-9 que codifica para una proteína detectora de olor. Cada insecto posee dos copias de la proteína que puede presentarse en la forma B y b. Por tanto, son posibles las combinaciones BB, Bb y bb. Las colonias BB son las que tienen una sola reina, las Bb son las multirreinas, mientras que las formas bb son letales. ¿Cómo conservar el tipo de colonia y evitar las reinas impostoras?. La solución consiste en que las hormigas trabajadoras con genes Bb reconocen por el olor y matan a todas las reinas BB pero no a las Bb, por lo que sus colonias viven en armonía con varias reinas. En cuanto a las hormigas BB ejecutan a todas las posibles reinas excepto a una, del tipo Bb, que son de mayor tamaño que las BB. Lógicamente este tipo de conocimiento podrá aplicarse en el futuro para controlar las plagas de estas colonias de hormigas y de otras que también se comportan de modo análogo.

NATURE. Últimamente han aparecido en esta importante revista varias investigaciones importantes. La primera, de finales del pasado año, se refería a las hormigas tropicales Cardiocondyla obscurior cuyos machos pueden ser de dos clases, alados y sin alas. Estos últimos, muy guerreros permanecen siempre en el nido y luchan entre sí hasta la muerte embadurnando a sus hermanos enemigos con un olor que incita a que sean atacados por el resto de las hormigas trabajadoras. La vida de los machos alados es más fácil. La primera semana o dos de su vida permanecen en el nido que abandonan después para aparearse en el exterior. Pueden disfrutar del sexo dentro y fuera del nido sin ser atacados. ¿Cómo lo consiguen?. Sibilinamente, secretando un olor femenino, idéntico al de las reinas vírgenes, con lo que confunden a sus posibles enemigos, los machos sin alas. Su único problema es el de evitar los acosos de aproximación amorosa que sufren por parte de los otros machos. Cuando el olor femenino comienza a desaparecer es cuando abandonan el nido.

En un reciente número de la revista Nature los investigadores Michael J. Greene y Deborah M. Gordon, de la Universidad de Stanford, California, publicaron una comunicación breve titulada "Cuticular hydrocarbons inform task decisions". Han trabajado sobre colonias de hormigas rojas recolectoras Pogonomyrmex barbatus, dando un gran paso adelante con la identificación de la naturaleza del olor que comparten todos los componentes de una misma colonia, lo que ayuda a distinguir entre sus componentes y los de otras colonias. Como indican los propios investigadores, los miles y bien organizados trabajadores de una colonia logran hacer su labor sin supervisión ni dirección alguna, intercambiando a veces sus tareas para satisfacer las necesidades del hormiguero y ello se consigue, en buena parte, por su extraordinario sentido del olfato.

Las hormigas trabajadoras se dividen en recolectoras de comida y en patrulleras vigilantes. Estas últimas recorren los alrededores del nido cada mañana y al regresar, el olor particular de su cuerpo, debido a determinadas moléculas de hidrocarburos cuticulares, sirve como señal olorosa para que las recolectoras sepan si deben salir a buscar comida o si lo prudente es permanecer en el hormiguero.

El interés de estas investigaciones no es anecdótico ya que muchos científicos están interesados en conocer las sutiles interacciones existentes entre los insectos sociales y, además de los biólogos, incluso algunos ingenieros piensan que se podrán aplicar las enseñanzas obtenidas para abordar problemas intrincados de redes de comunicación, informática y robótica. 

Biociencias
» Otros Artículos
Biociencias
» Otras Noticias