En la revista Cell de esta semana se incluye un trabajo de gran interés en el que a partir de una investigación básica sobre un gen supresor de tumores que controla el tamaño de las células (TSC2) se ha descubierto una relación entre varias enfermedades genéticas e, incluso, un posible eficaz tratamiento farmacológico para las mismas. La relación se basa en las interacciones entre sustancias poco conocidas hasta ahora en una secuencia que comienza en la LKB (defectuosa en el síndrome de Peutz-Jagers) y sigue con AMPK, TSC2 y mTOR (control del crecimiento celular). La esperanza farmacológica se basa en el fármaco rapamicina que es capaz de controlar la actividad de mTOR.