Las Autoridades sanitarias americanas recomiendan que se usen los termómetros medidores de la temperatura interna de la carne cuando se cocine ésta, especialmente en la carne asada o a la brasa, a fin de asegurar que se alcanza la temperatura mínima necesaria para matar las bacterias. Por ejemplo, para cocinar una hamburguesa la temperatura interna mínima aconsejable es la de 72 ºC, que puede equivaler a 60º C, siempre que en este último caso se deje reposar la carne, antes de consumirla, al menos durante 4 minutos.